LA JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN PROHÍBE EL TORNEO DE LA VEGA EN ESPERA DE LA MODIFICACIÓN DEL REGLAMENTO DEL FESTEJO POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO DE TORDESILLAS.
La Junta de Castilla y León ha manifestado en la mañana del día 19 de mayo, que quedan prohibidos todos los espectáculos populares tradicionales en los que se dé muerte pública a los animales. Aquellos festejos en los que, por tener la consideración de tradicionales, se permitía maltratar, golpear, herir y dar muerte pública a las reses de lidia utilizadas, como excepción a sus normativas, tendrán que modificar sus reglamentos.
Es evidente que esta nueva reglamentación, que tendrá que ser aprobada por la Junta de Castilla León en menos de un mes, se refiere única y exclusivamente al conocido como Torneo de el Toro de la Vega, ya que es el único festejo en esa Comunidad Autónoma en que un toro de lidia es herido por las lanzas de los torneantes y dado muerte mediante la aplicación de la puntilla. Es importante matizar que el sacrificio de este animal nunca se produce por las lanzas, que evidentemente pueden causarle heridas «de muerte» o «mortales de necesidad», pero ésta como tal, se produce por la aplicación de la puntilla, es decir, destrozando el bulbo raquídeo o tronco encefálico mediante un cuchillo de 10 cm de hoja introducido en el espacio occipito atlantoideo, maniobra realizada por un puntillero.
Dicho esto, los veterinarios abolicionistas de la tauromaquia y del maltrato animal (AVATMA), nos preguntamos:
- ¿qué acción se va a prohibir hacer en presencia de público?
- ¿Se prohíbe alancear al toro públicamente?
- ¿Se prohíbe apuntillar al toro públicamente?
- ¿Se podrá modificar el reglamento del Torneo para permitir herir al animal con lanzas sin darle muerte y posteriormente conducirle a un lugar en el que se acabe con su vida sin presencia de público?
- ¿Tendrán los lanceros la pericia adecuada para no «herir de muerte» al toro, conducirle al lugar establecido previamente, y que allí actúe el puntillero?
- ¿Quizás han pensado ustedes en otro método de sacrificio más adecuado a la ética, a la realidad y a la sensibilidad de la sociedad del siglo XXI? Esa ética, realidad y sensibilidad que poco o nada tiene que ver con la nuestra.
Hemos escuchado la rueda de prensa del portavoz del gobierno de Castilla León y al ser preguntado sobre sí se podrán o no utilizar lanzas, no ha querido responder o mejor dicho no lo ha hecho con la claridad esperada, haciendo alusión a diferentes modificaciones que ha tenido el Torneo a lo largo de los años y que nada han tenido que ver con el sufrimiento del animal, que es lo que realmente nos importa. No es relevante que al animal, una vez muerto, se le seccionen los testículos, como se hacía antes, o el rabo, como se hace en la actualidad, como tampoco lo es que vaya de la población de Tordesillas al campo y no al revés. Luego, en Onda Cero radio, sí ha afirmado que no se permitirá el uso de lanzas. Damos por hecho por tanto que el Toro de la Vega no sufrirá ningún tipo de heridas durante la celebración del Torneo.
Ustedes han puesto en manos del ayuntamiento de Tordesillas, y suponemos que también en las del Patronato del Toro de la Vega, la adecuación de las normas del Torneo a la modificación de su reglamento de festejos taurinos, con la pretensión de proteger una tradición centenaria, de 1534, según dicen, adaptándola a las circunstancias actuales.
¿Creen ustedes que los vecinos de Tordesillas adecuarán su sensibilidad a la participación en un encierro convencional de la ciudad al campo a pie y a caballo como se hace en otras localidades de su comunidad autónoma? De ser así perdería su calificación de festejo tradicional, que es realmente lo que le ha permitido mantener su crueldad durante tantos años. Tordesillas es el único festejo en que se da muerte pública al animal, ya que los otros doce festejos que se celebran en Castilla y León, pese a ser excepciones a su reglamento, precisamente por ser tradicionales, como el Toro de Medinaceli (modalidad de embolado) o de Benavente (modalidad de ensogado), no suponen la muerte pública de los toros utilizados. De hecho el reglamento de Castilla y León obliga al sacrificio de todos los bóvidos utilizados en sus festejos populares, sean o no tradicionales, con un máximo de 24 horas posteriores a su celebración, eso sí, fuera de la vista del público. Resulta por tanto evidente que todos los toros que se utilicen en este festejo que se celebra en Tordesillas tendrán la muerte asegurada, eso sí, fuera de la presencia de público.
En el nuevo decreto-ley aparece el siguiente párrafo: «la prohibición prevista en este artículo se entiende sin perjuicio de las eventuales actuaciones que hayan de efectuarse sobre las reses de lidia, imprescindibles para garantizar la seguridad e integridad de las personas», en clara referencia a que, en determinadas circunstancias, se podría herir o incluso dar muerte pública a los animales en caso de peligro para los espectadores o los ciudadanos en general. Esto se ha interpretado en algunos ámbitos, como la puerta que abre la posibilidad del alanceamiento del toro, pero lo cierto es que en el reglamento que regula los festejos populares y tradicionales de esta comunidad desde 1999, ya aparecía esta consideración con la misma redacción en su artículo 19.
Pero además en este reglamento, el de 1999, se decía: «se podrán efectuar sobre las reses de lidia acciones que sean inherentes a la celebración del espectáculo tradicional» o dicho de otra forma y en el caso del Toro de la Vega, que se permitía su alanceamiento. Pues bien, esta excepción ha desaparecido en el decreto-ley que se hizo público ayer, lo que debemos interpretar como la expresa prohibición del alanceamiento del animal.
Desde la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal (AVATMA), quedamos a la espera de que se nos aclaren las dudas que hemos planteado, dejando constancia de que, pese a reconocer que un Toro de la Vega sin las heridas provocadas por las lanzas padecerá menos, no estará exento de sufrimiento. El padecimiento físico y emocional en los festejos taurinos sin sangre, es decir, en aquellos que no son cruentos, existe, y ahí están los informes técnicos de nuestra asociación que así lo certifican. En los encierros, sean éstos por las calles de un pueblo o a campo abierto los animales sufren y esto nadie lo puede poner en duda y estamos dispuestos a debatir con quien lo haga.
Suponemos que nuestros interrogantes quedarán despejados una vez que el ayuntamiento de Tordesillas y el Patronato del Toro de la Vega adecuen su reglamento a lo que desde el gobierno autónomo se ha propuesto, que a nuestro de modo de entender, debería quedar reducido a un encierro por el campo en el que los participantes acosarán al animal a pie y a caballo sin provocarle heridas, sin golpearle y sin matarle públicamente, aunque el maltrato será inevitable porque es inherente a cualquier espectáculo taurino.
Desde AVATMA, reconociendo que un Toro de la Vega sin lanzas, es decir, sin heridas y sin muerte pública, es un paso adelante, seguiremos trabajando «con ciencia» por la abolición de todos y cada de los espectáculos taurinos, porque todos, en sus diferentes modalidades, suponen maltrato, y sufrimiento físico y emocional en mayor o menor medida o grado para los animales que en ellos son utilizados.
¡Abolición del Torneo del Toro de la Vega!
José Enrique Zaldívar Laguía Presidente de AVATMA
Virginia Iniesta Orozco. Vicepresidenta de AVATMA
Lina Sáez de Antoni. Secretaria de AVATMA