INFORME TÉCNICO EMPLAZAMIENTO ZONA DESCANSO PARA CABALLOS DEL SERVICIO DE GALERAS
(Evaluación veterinaria y enfoque desde el bienestar animal)
OBJETIVO DEL INFORME.
El objetivo de este informe es evidenciar la absoluta inviabilidad del emplazamiento del estacionamiento para caballos del servicio de galeras situado en la calle Conquistador de Palma de Mallorca. Teniendo en cuenta la anatomía del caballo, su fisiología y las características biomecánicas de éste, llegamos a la conclusión de que, si bien la ciudad es ya de por sí un lugar inadecuado para este tipo de animales, menos aún lo es mantenerlos en un emplazamiento con las características que presenta esta parada del servicio de Galeras.
Considerando que los interesados en mantener su emplazamiento actual han tenido en cuenta, para valorar su idoneidad, una serie de aspectos que poco o nada tienen que ver con el bienestar y la salud de los animales, se ha llegado a conclusiones basadas en profesionales que no son técnicos en salud, anatomía, fisiología ni etología animal. Es necesario establecer unos criterios de salud veterinaria que permitan decidir el emplazamiento idóneo para una zona de descanso de équidos.
NORMATIVA.
Tal y como queda especificado en el reglamento oficial del servicio de Galeras, se debe procurar que los animales se encuentren en un estado de salud óptimo y que no sufran ningún tipo de malestar o sufrimiento que pueda provocar dolor o disconfort, mucho menos si éstos son preámbulo de patologías que puedan mermar la salud y desencadenar un mayor sufrimiento a los animales.
PROBLEMAS DEL EMPLAZAMIENTO.
El estacionamiento actual del servicio de Galeras de Palma en la calle Conquistador, se encuentra en pendiente con un grado de desnivel entre el 5 y el 7 por ciento, en suelo de asfalto (considerado el peor de los suelos para estos animales), no apto para preservar el bienestar y la salud de los caballos que allí permanecen mientras no están trabajando por la ciudad. Este estudio tiene en cuenta la anatomía, fisiología y biomecánica del caballo, con el único motivo de preservar su salud al máximo y evitar daños y lesiones innecesarias que por otro lado podrían desencadenar problemas y conflictos en la seguridad vial.
El emplazamiento en esta calle se corresponde con una zona de gran afluencia de vehículos que pasan muy próximos a los animales, provocando un estrés continuo por ruido e invasión de su espacio. Dada la naturaleza de estos animales, herbívoros y muy reactivos a los ruidos y movimientos, el nivel de respuesta siempre es de huida. Se pone también de manifiesto que estos animales, constantemente expuestos a la emisión de gases, tienen predisposición a la aparición de problemas pulmonares crónicos e insuficiencias respiratorias irrecuperables en muchos casos.
IMPACTO EN LA SALUD DE LOS ANIMALES.
Los caballos utilizados en el servicio de tiro con galeras son, en primer lugar, animales desechados en su mayoría del hipódromo de Son Pardo, con un elevado desgaste previo ya que se sobreexplotan desde muy jóvenes y con 4 o 5 años son rechazados para pasar a prestar servicio. Con ello se pone de manifiesto que los animales ya vienen con problemas subclínicos que necesitan cuidados especiales, sobretodo, en lo que se refiere al descanso y más aún si son dedicados a un trabajo de alto esfuerzo.
Estos animales pasan largas jornadas estáticos, soportando el peso de una galera de entre 300 y 400 Kilogramos aproximadamente. Durante estas jornadas de trabajo no tienen apenas descanso y deben permanecer en muchos casos bajo el sol a elevadas temperaturas y sin agua ni comida dependiendo del flujo de trabajo.
La permanencia de estos animales durante largos períodos de tiempo de pie cuando no están circulando, es causa de lesiones en tendones, músculos y huesos. Si a ello se suma que el emplazamiento del área de descanso no es apto para preservar el bienestar de los caballos, nos encontramos con un serio problema que afecta no sólo a su bienestar, sino que implica directamente un indicio de maltrato animal, algo totalmente inaceptable teniendo en cuenta que estos animales son sometidos a un alto rendimiento, en pésimas condiciones para su salud y en un medio antinatural. El estrés del tráfico, la contaminación, los ruidos y el riesgo evidente de accidentes por atropello no son más que agravantes del bienestar de estos animales.
ASPECTOS TÉCNICOS DEL PROBLEMA.
Muchas alteraciones biomecánicas e incongruencias estáticas o dinámicas pueden iniciar procesos degenerativos, inflamatorios o de sintomatología localizada poco aparente y de difícil detección a corto o medio plazo. No por ello debemos despreciarlos, pues no son perceptibles dada la naturaleza del herbívoro, que está diseñado para ocultar el dolor para sobrevivir. Muy a menudo son la antesala de lesiones más graves y evidentes que se manifiestan cuando el daño ya es irreversible.
La dificultad de diagnosticar lesiones leves pero dolorosas es a menudo la principal causa del fallo en la percepción del dolor, ya que la escasa atención prestada por el veterinario cuando la disfunción es leve o poco aparente suele ser muy frecuente en estos casos.
Factores Bio-mecánicos.
Muchas afecciones traumáticas están relacionadas con desviaciones de los aplomos debido a la mala conformación o inducidas por herraje y despalme defectuoso. De la misma manera, las irregularidades del suelo producen alteración de las líneas de fuerza que gravitan sobre determinados sectores del sistema locomotor.
El pie actúa como un sistema de amortiguación, sobre el cual recae el peso del animal al apoyarse y trasmitir el impulso locomotor.
Para poder valorar correctamente si es viable el emplazamiento de descanso y parada de estos animales, debemos entender el sistema locomotor del caballo, y evaluar la interacción entre éste y el suelo y sus características esenciales:
Observando la imagen, la fuerza que gravita sobre el pie ‘G’ (Fig. 1) se descompone en vectores DV y CC, cada uno de los cuales ejerce presión o tracción sobre determinados elementos anatómicos.
La resultante ‘R’ indica la dirección en que se ejerce la mayor fuerza sobre los componentes articulares. Estas fuerzas son de magnitud variable en cada momento del apoyo y propulsión, y van a verse intensificadas en condiciones de desnivel.
Los elementos anatómicos del sistema tienen una resistencia natural consecuente con las presiones y tensiones que deben soportar en un animal conformado adecuadamente para la función que desempeña, lo que habitualmente no se cumple en estos casos.
Es evidente que cualquier circunstancia que modifique la distribución de estas fuerzas determina una sobrecarga de tensión o presión en un sector determinado de la superficie articular o ligamentos y que la velocidad magnifica la fuerza gravitacional o de propulsión.
De esta forma, la desviación de los aplomos o vicios de conformación del pie promovidos por el desnivel evidente del emplazamiento, constituyen factores importantes para la ruptura del equiIibrio entre la resistencia natural de los cartílagos, ligamentos y huesos con las presiones, roce y tensiones a que son sometidos. Varios autores han insistido en la relación directa entre la conformación, la postura y la presentación de muchas patologías.
La agresión mecánica debe entenderse en dos sentidos; por un lado como fuerza capaz de romper la integridad estructural, produciendo fracturas o rupturas en ligamentos y tendones. Por otro, como injuria persistente que, por compresión y fricción, determina el desgaste de la superficie del cartílago y subsiguiente alteración del las estructuras.
Estos procesos suponen a niveles subclínicos lesiones traumáticas y procesos degenerativos que manifiestan inflamación y, por tanto, dolor no manifiesto en ocasiones pero presente en la mayoría de casos. Si a ello unimos el carácter recidivante, al estar permanentemente sometidos a descansar en estas condiciones, promovemos una injuria constante y sostenida en el tiempo sobre los tejidos que promueve la pérdida de resistencia y aceleración de los procesos degenerativos.
El constante esfuerzo que realiza el caballo al descansar en pendiente supone un grave deterioro de la resistencia natural de las estructuras que componen el aparato locomotor, provocando a la larga lesiones graves e irreversibles además del disconfort que supone para el animal.
Hay que recordar que estamos evaluando a un animal ya de por sí sometido a grandes esfuerzos, tirando de una calesa constantemente y ataviado con incómodos y poco ergonómicos arreos que en muchas ocasiones ya son motivo de lesiones y contracturas, dada la dificultad que presenta el animal para el movimiento natural de músculos, huesos y articulaciones. Además, estamos evitando el correcto esparcimiento del animal en el descanso.
Los arreos de un carro de varas son contrarios al movimiento natural del animal.
Si intentamos establecer una analogía, para entender con más exactitud el grave problema que supone descansar en una zona de alta pendiente, cabe extrapolar la similitud con el aparato locomotor de otros animales.
En el caso del caballo, mantenerlo en la estación en una zona de pendiente durante largos períodos y en momentos de descanso, va a provocar inevitablemente daños y dolor en la zona cervical, lumbar y extremidades.
Las estructuras más afectadas por la continua postura de descanso en pendiente son el tendón digital flexor superficial (SDFT) y el ligamento suspensor (LS). La forma clínica de estas patologías generalmente es crónica y de naturaleza degenerativa, no detectable en muchos casos y fácil de enmascarar con antiinflamatorios.
MORFOFISIOLOGÍA DE LOS TENDONES Y LIGAMENTOS DEL CABALLO.
Si observamos la posición normal de las extremidades del caballo, podemos hacernos una idea del daño que puede provocar una situación sostenida de pendiente y sus consecuencias en todo el aparato locomotor, sin contar con el estrés que supone mantener una mala postura y las consecuencias a nivel de comportamiento, ya que el dolor provoca en estos animales mal carácter y nerviosismo evidente a largo plazo.
BIOMECÁNICA Y CONSECUENCIAS DE LA INCLINACIÓN EN REPOSO.
Los tendones son tejidos altamente tensiles, fuertes, flexibles y elásticos. Al igual que los ligamentos, exhiben características de deformación no lineales frente a la carga. Esto se traduce en que pequeños incrementos en la carga pueden producir gran extensión del tendón hasta un límite o punto crítico. Después de cada incremento de la carga, se genera un cambio similar en la extensión. Si la carga cesa en ese punto, la estructura vuelve a su estado normal y elimina la energía en forma de calor. Si la carga continúa después del punto crítico, se produce el fenómeno llamado deformación plástica y finalmente el tendón o ligamento fallan y se rompen (Goodship y col. año 1994, Dowling y col. año 2000, Smith y Schramme año 2003, Smith y col.). Mantener en mala postura de manera sostenida en el tiempo estas estructuras supondrá tarde o temprano el fallo de la compensación y la consecuente precipitación de lesiones.
Las fuerzas impuestas sobre los tendones y ligamentos son modificadas por el tipo de actividad, en este caso de alto rendimiento y en suelo inapropiado, gradientes del terreno totalmente inadecuados, superficie inestable, tipo de herraje aplicado al casco en muchos casos cuestionable, reparto de fuerzas totalmente descompensado y conformación del caballo que suele ser media-baja.
Esto ratifica la inviabilidad de las características de esta área de descanso para los caballos del servicio.
En la biomecánica que presenta el animal cuando se encuentra en estación en pendiente y apoyo, el casco toca el suelo y comienza a recibir el impacto del peso del cuerpo.
En la carga, el cuerpo se mueve hacia delante y el centro de gravedad del caballo recae sobre el casco. El centro de gravedad del caballo se desplaza hacia delante creando una postura inestable y desequilibrada.
El aparato flexor comienza a quitar carga absorbiéndola. Al ponerse en marcha el caballo, se produce una fase de despegue en la que el casco deja el suelo y se intensifica el esfuerzo en la pendiente al estar ya muy obligado. Todo ello representa un sobreesfuerzo antinatural y forzado que no es aceptable bajo ningún concepto.
VALORACION DEL BIENESTAR ANIMAL EN FUNCIÓN DE LA EVIDENCIA DE LESIONES.
Frente a opiniones que basan la idoneidad de la parada en la «supuesta» falta de dolor y disconfort, debemos manifestar que hay trastornos locomotores que son evidenciados con una sencilla inspección, siendo las denominadas “claudicaciones típicas”. Pero en otros muchos casos, es necesario recurrir a un examen semiológico más exhaustivo para poder diagnosticarlos. Son las llamadas “claudicaciones oscuras”.
Es importante conocer que la mayoría de problemas locomotores son subclínicos y además fácilmente enmascarable con los analgésicos de uso común y de fácil acceso.
Se consideran cinco grados de claudicaciones según el compromiso locomotor, y con el objetivo de valorarlas cuantitativamente para poner de manifiesto la dificultad del diagnóstico, distinguimos:
– Grado 0. Claudicación no perceptible.
– Grado 1. Claudicación difícil de observar; no varia bajo ninguna circunstancia. Ej.: llevar peso, superficie dura.
– Grado 2. Claudicación difícil de observar al paso y al trote en línea recta, más aparentes bajo algunas circunstancias. Ej.: llevar peso, superficie dura.
– Grado 3. Claudicación evidente al trote bajo toda circunstancia.
– Grado 4. Claudicación obvia, marcada inclinación de la cabeza, tropiezos y/o acortamientos del paso
– Grado 5. Claudicación obvia bajo un mínimo soporte de peso en movimiento o en reposo. Incapacidad para el movimiento.
CONCLUSIONES.
El actual emplazamiento de la parada de Galeras en la calle Conquistador es totalmente inadecuado para propiciar un mínimo descanso y preservar unos mínimos niveles de bienestar animal. Es una localización de características antinaturales, no ergonómicas y susceptible de provocar patologías muy serias a corto y medio plazo, con el agravante del alto grado de disconfort que supone para los animales este tipo de suelo en asfalto.
No puede cometerse el error de descartar dolor o lesiones en un animal que no las manifiesta, sin tener en cuenta su idiosincrasia ni todos los aspectos que engloben las situaciones posibles de malestar.
Desde el punto de vista técnico-veterinario, es absolutamente desaconsejable este tipo de emplazamientos en pendiente como áreas de descanso para los caballos.
Fdo.
Marta Gallego Torres, veterinaria de AVATMA
Jose E. Zaldivar Laguía, presidente de AVATMA
Virginia Iniesta Orozco, vicepresidenta de AVATMA
Lina Sáez de Antoni, secretaria de AVATMA
Firmando en representación de los más de 400 veterinarios que forman AVATMA, asociación G86998549, ASOCIACION DE VETERINARIOS ABOLICIONISTAS DE LA TAUROMAQUIA Y DEL MALTRATO ANIMAL.
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