Introducción
El objeto del presente informe es la puesta en evidencia del sufrimiento físico y emocional que pueden llegar a padecer las anátidas que son empleadas en la llamada «Suelta del pato” en la playa de Cueva de Valdés (Asturias), que celebra cada año el primer domingo de Septiembre. La celebración consiste en la suelta de varios patos desde una barca en el agua para que la gente los persiga a nado y los intente atrapar.
Para la realización de este informe nos hemos basado en material gráfico consistente en imágenes fotográficas y grabaciones de vídeo de los hechos acontecidos en la desembocadura del río Esva en años anteriores.
En los últimos tiempos se han producido grandes avances en lo que respecta a la legislación sobre protección animal; sin embargo, la utilización de los animales para nuestro disfrute y diversión, puede y debe ser cuestionada desde un punto vista ético y de lo que se conoce como bienestar animal. La preocupación por el bienestar animal es el resultado de dos elementos: por una parte el reconocimiento de que los animales pueden experimentar dolor y sufrimiento, y por otra, la convicción de que causarles sufrimiento injustificado no es moralmente aceptable. Como veterinarios, consideramos que el uso de estos animales en espectáculos para simple entretenimiento es totalmente injustificable, y vamos exponer argumentos técnicos que demuestran que los animales utilizados durante la “Suelta del pato» sufren maltrato.
Exposición de motivos
El bienestar animal tiene que ver con las sensaciones experimentadas por ellos, es decir, con la ausencia de fuertes sensaciones negativas llamadas en general sufrimiento, y la presencia de otras positivas, que suelen denominarse placer. Toda evaluación del grado de bienestar animal debe centrarse en las mediciones de esas sensaciones.
Cuando los animales están en su ambiente natural pueden expresar sus comportamientos normales. Sin embargo, cualquier alteración que saque a un animal de su medio natural le producirá miedo y ansiedad, lo que llevará a su organismo a manifestar una serie de respuestas neurofisiológicas perfectamente estudiadas. El miedo es un poderoso causante de estrés, que es más acusado en estas aves si tenemos en cuenta que las anátidas son animales estresables por naturaleza debido a su inherente condición de presa.
Otra alteración que puede observarse en las aves utilizadas es que éstas son incapaces de levantar el vuelo, incluso en estas circunstancias a las que son sometidas, de lo que se desprende que sus alas han sido manipuladas y por lo tanto mermada intencionadamente su capacidad natural de volar.
Esto hace que durante todo el tiempo, incluso antes de ser soltados al agua desde la barca, estos animales comiencen a sentirse acosados y perseguidos, como queda demostrado por el constante aleteo desesperado al intentar escapar de sus captores (Imagen 1 y 2), y sometidos a intensos estímulos visuales y auditivos (Imagen 3) durante un acto que puede llegar a durar más de diez minutos.

(Foto:La Nueva España.)

(Foto: El Comercio.)

(Foto: El Comercio. )
Por lo tanto, están experimentando un intenso sufrimiento emocional que podría tener serias consecuencias a nivel fisiológico (Samour, J.: “Avian Medicine 2nd Ed”. MosbyElsevier, 2008), de entre las que podemos destacar: alteraciones y destrucción del plumaje, trastornos digestivos, depresión inmunitaria, deshidratación por pérdida de líquidos (deposición aumentada), hipocalcemia, alteraciones en el leucograma, taquicardia, taquipnea y, en algunos casos, colapso circulatorio y muerte.

(Foto: La Nueva España)
Conclusiones
Si nos atenemos a las consideraciones reflejadas en el presente informe, estos animales no se encuentran en un medio idóneo para manifestar su comportamiento natural. Los animales se ven sometidos a ambientes antinaturales, lo que supone un maltrato físico y emocional, que provoca daños y angustia injustificada.
Podemos afirmar, por tanto, que el escenario en que se desarrollan estas actividades con animales resulta incompatible con la preservación del bienestar de los mismos, y que por ello incumple la Ordenanza municipal sobre tenencia y protección de animales en el Concejo de Valdés (BOPA núm. 176 de 30-VII-2015), ya que contraviene los siguientes artículos:
- 8.3 «Todo espectáculo que implique crueldad hacia otros seres vivos es contrario a los principios de protección de los animales y por tanto, a esta Ordenanza»
- 19, que prohíbe
- b) «Golpear, maltratar y torturar a los animales de forma privada o en la vía pública o someterlos a cualquier práctica que les pueda producir daños o sufrimientos innecesarios o injustificados o cometer actos de crueldad contra los mismos»
- d) «Mantenerlos en instalaciones o ubicaciones indebidas desde el punto de vista higiénico-sanitario y etológico, o inadecuadas para la práctica de las atenciones y el cuidado necesario de acuerdo con sus necesidades de espacio, movilidad y ejercicio, según raza y especie»
- g) «El uso de animales en peleas y/o espectáculos u otras actividades, si pueden ocasionarles la muerte, sufrimiento, ser objeto de burlas o tratamientos antinaturales, o herir la sensibilidad de las personas que los contemplan».
Hay que destacar que, en un contexto similar, la suelta de patos al mar en el Puerto de Sagunto ha recibido hasta cuatro sentencias en contra de su celebración, las cuales han establecido que sacar a los patos de su «hábitat habitual» para echarlos al mar y que un gentío los persiga hasta capturarlos en el agua somete a los animales a «tratamientos antinaturales» y a «maltrato»; más información ANPBA
Informe firmado por:
Luis J. Royo. Doctor en Veterinaria por la UCM (Madrid). Vocal de AVATMA en Asturias.
Virginia Iniesta Orozco. Doctora en Veterinaria por la UEx.
Anabel Marín García. Col 357 Cádiz.
Alfonso Bañeres De la Torre. Col 944 Navarra.
José Enrique Zaldívar Laguía. Col 1499 Madrid.
Lina Sáez de Antoni. Col 1498 Madrid.
Laura Almarcha Duesa. Col 1857 Barcelona.
Alicia Campanero Heras. Col 2.000 Madrid.
Rafael A. Luna Murillo. Col 140994 Córdoba. Master en Etología.
Carlos Nunes Gómez. Col 3372 Madrid.
Alfonso Senovilla Labrador. Col 1110 Toledo.
Inmaculada Manresa Elsón. Col 1650 Zaragoza.
Rubén Muñoz Madrid. Col 1561 Cáceres.
Carlos González Díaz. Licenciado en Veterinaria. Madrid.
Miguel Ibáñez Talegón. Doctor en Veterinaria y director del Máster de Etología Clínica y Bienestar Animal en la UCM (Madrid).
En representación de los 420 veterinarios de AVATMA
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