¿Rescate al sector taurino?

El Estado NO debería paliar los daños provocados por la pandemia en la industria taurina.

El sector taurino ya ha puesto al descubierto sus cartas y ha presentado al gobierno de la nación un documento con 37 medidas para paliar la crisis económica que sufren y sufrirán por la pandemia.

Este documento contiene numerosas inexactitudes y es curioso que reivindiquen subvenciones para cosas que ya están subvencionadas desde hace muchos años. Aquí dejamos una muestra:

-Cuantifican el número de profesionales taurinos, durante 2018, en 9.723, cuando en realidad, solo estaban activos, es decir, podrían trabajar en festejos taurinos, 5.417 (datos del Ministerio de Cultura), 4.306 menos de lo que apuntan.

-En cuanto al número de espectadores, siendo las grandes ferias taurinas de abono, las personas que acuden a ellos se repiten en numerosas ocasiones. El mismo individuo repite numerosas asistencias a estos espectáculos. Por tanto, las cifras de espectadores totales, a lo largo de una temporada, están claramente manipuladas.

-La reducción del IVA de las entradas del 10% actual al 4%, choca con la realidad, porque cuando se produjo la bajada de este IVA del 21% al 10% (marzo de 2017), los empresarios taurinos siguieron cobrando las entradas gravándolas con el anterior, es decir, el 21%. Este dato debería considerarse por parte del Ministerio de Hacienda.

-Fomento de nuevos públicos, como por ejemplo el público joven, promoviendo como buenas prácticas entre las diferentes administraciones que los titulares de plazas de toros incluyan la posibilidad de realizar descuentos a estos colectivos a la hora de preparar las correspondientes licitaciones. Esto ya lo hacen los empresarios de plaza de toros desde hace muchos años. Se ofertan abonos muy baratos para menores de 25 años.

-Instar a todas las administraciones a incluir a las asociaciones culturales taurinas, incluyendo a las asociaciones juveniles, como potenciales beneficiarios dentro de los programas de ayudas para el fomento y difusión de la cultura. Existen subvenciones a peñas taurinas y a las asociaciones que se menciona desde hace muchos años por parte de ayuntamientos, diputaciones y CCAA.

-Establecimiento de programas de colaboración para la difusión de la cultura taurina, incluyendo fomento de rutas turísticas vinculadas a las ganaderías y festejos populares, así como a la celebración de encuentros, congresos y otras actividades de divulgación. Nada nuevo, existen subvenciones públicas para este tipo de eventos y las rutas turísticas han sido explotadas por muchas ganaderías de lidia como modelo de negocio desde hace varios años.

-Incluir los festejos taurinos dentro de la programación regular de las televisiones públicas. Actualmente, por ejemplo, la mayoría de los eventos deportivos de relevancia, son retransmitidos por televisiones privadas, así que, los festejos taurinos no deberían ser una excepción. El que quiera verlos, que pague.

-A diferencia de otros espectáculos deportivos, los ingresos televisivos o publicitarios representan un porcentaje mínimo para el sector. Como también es muy escaso el peso de las subvenciones y ayudas públicas, a diferencia de lo que sucede en la mayoría de las restantes industrias culturales (cine, teatro, danza, música…). Esto es falso. Por poner un ejemplo, los derechos de TV en una feria como la de Bilbao, que programa 8 festejos, ascendió a 2,5 millones de euros (años 2012 a 2016). Los beneficiarios fueron los profesionales taurinos, los ganaderos y los empresarios, que como hemos comentado, en ocasiones, son la misma persona.

Las últimas estadísticas publicadas por el Ministerio de Cultura con respecto al sector taurino corresponden a los datos de 2018, en espera de que se publiquen, a lo largo de este año, las correspondientes a los datos de 2019. Si ya en las de 2018, podíamos ver que con respecto a 2007, los festejos taurinos en plaza habían descendido en algo más del 58%, creemos que las del 2019 reflejarán, con respecto a 2007, un descenso de hasta el 60%. Para afirmar esto nos basamos en los datos parciales que ha ido publicando el sector taurino, desde algunos de sus medios de comunicación.

A lo largo de los últimos años hemos ido recopilando información del Ministerio de Cultura, del Ministerio de Agricultura y de diversos medios taurinos, para hacer una radiografía del sector, en cuanto al número de festejos celebrados, la actividad laboral de los profesionales taurinos, y el negocio que generan las ganaderías de lidia, así como la explotación de los diversos cosos taurinos que pueblan nuestra geografía. Fruto de este trabajo, éste es el estudio que hicimos en el año 2018, en el que se analiza al detalle lo comentado anteriormente:

La decadencia de la tauromaquia

En este mismo enlace, al final, se pueden leer los datos de 2014, 2015, 2016 y 2017.

Como ampliación a este informe, recomendamos la lectura de una serie de documentos que adjuntamos y que demuestran la precariedad y la alta temporalidad del empleo que genera esta actividad.

En primer lugar, queremos llamar la atención sobre lo que recoge el convenio laboral del sector taurino y hacer, especial hincapié, en las diversas categorías o grupos en las que se encuadran los “jefes de cuadrilla”, es decir, toreros, rejoneadores y novilleros con picadores. La razón es que, en función de esa categoría o grupo, estos profesionales tienen determinadas obligaciones en cuanto a la contratación de sus cuadrillas (picadores, banderilleros, mozos de espada y ayudantes de éstos últimos). Son ellos, los “jefes de cuadrilla”, los que tienen la obligación de cubrir todos los gastos de sus subalternos y pagar sus nóminas, mientras que, aquellos, son contratados por los empresarios que explotan los cosos taurinos. Según este convenio los toreros del grupo A, que son aquellos que actuaron en 37 festejos o más el año anterior, tienen la obligación de contratar a una cuadrilla (tres banderilleros, dos picadores y un mozo de espadas) completa por un año entero. Y lo mismo sucede con rejoneadores y novilleros que pertenezcan a esa categoría. Los del grupo B, es decir, aquellos que actuaron el año anterior entre 13 y 36 festejos, solo tienen la obligación de contratar a 3 subalternos fijos por un año entero. Por último, los del grupo C, que son aquellos que actuaron en menos de 13 festejos (entre 1 y 13), que son la inmensa mayoría, pueden contratar libremente para cada uno de los espectáculos para los que fueron contratados.

Pues bien, durante el año 2019, según las estadísticas de los medios taurinos, solo 6 toreros (matadores de toros) entrarían en el grupo A, 27 en el grupo B, y 112 en el grupo C, durante el año 2020. Del total de profesionales taurinos con la categoría de matadores de toros, según las estadísticas del Ministerio de Cultura de 2018, solo intervinieron en algún festejo taurino, de los celebrados entre España, sur de Francia, y Portugal, 145 del total. Los datos apuntados.

Con respecto a los rejoneadores, solo 2 estarían en el grupo A, 28 en el B, y 74 en el C. Los datos apuntados.

Con respecto a los novilleros, ninguno estaría en el grupo A, 15 estarían en el B, y 121 en el C. Los datos apuntados.

Queremos llamar la atención sobre la realidad de los profesionales taurinos activos (“jefes de cuadrilla”), que deben mantener a los subalternos (son la mayoría de los profesionales taurinos), que trabajan realmente en festejos en plaza y que fueron, durante 2019, apenas, 385 personas, eso sí, con una importante disparidad de ocupación, porque la inmensa mayoría de ellos, apenas estuvieron presentes en 1 o 2 festejos. En nuestros informes, enlazados más arriba, se puede ver el número de profesionales reconocidos como “jefes de cuadrilla” (matadores de toros, rejoneadores, novilleros), y se podrá comprobar la precariedad del sector en cuanto al empleo. 

En nuestro informe también hacemos un exhaustivo análisis del sector ganadero, y se puede comprobar que son pocas, muy pocas, las explotaciones ganaderas de ganado de lidia, que vende animales para festejos en plaza (más o menos un 30%), con el agravante, además, de que, salvo las punteras, la mayoría vende poquísimos animales (toros y novillos). Hemos comentado anteriormente que el número de festejos taurinos en plaza ha disminuido casi un 60% desde 2007, pero si vemos las estadísticas del Ministerio de Agricultura en cuanto a la raza de lidia, la disminución de la producción de estos animales no ha estado acorde con ese descenso. Esto significa que el sector no se ha adaptado a la demanda. Este dato no lo podemos achacar al aumento de festejos taurinos populares, entre otras razones, porque en algunas comunidades autónomas, especialmente en la Valenciana, que es la que organiza más de la mitad de ellos, los animales son reutilizados, es decir, no se les sacrifica una vez ha terminado su participación. Algunos de ellos, la mayoría, pueden ser utilizados hasta 10 veces y después son enviados al matadero. Lo mismo ocurre en Cataluña. Otro factor a tener en cuenta es que el precio de venta de los animales, depende de la edad, de la calidad de la ganadería, y del tipo de festejo y categoría de la plaza a la que van. Un toro de lidia de 5 años de edad, puede venderse entre 5.000 y 15.000 euros e incluso más, en función del hierro de la ganadería de la que se trate. Y esa diferencia de precio se basa, principalmente, en su trapío (morfología externa) y en eso que el mundo taurino llama “bravura”, que en realidad no es más que su “toreabilidad” y que depende de la selección ganadera. No deben ser éstos los parámetros que puedan ser utilizados por el Estado para valorar, en cualquier caso, las indemnizaciones que se puedan establecer porque, en principio, los gastos derivados de la crianza de estos animales son los mismos en todas las explotaciones, independientemente de que sean más bravos, más toreables o tengan mejor o peor trapío. Ninguna de estas “particularidades” puede ser considerada como un rendimiento de producción. De hecho, sabemos que las grandes figuras eligen los toros de las ganaderías que quieren lidiar, que son las que pueden dar salida a los animales en las grandes ferias, que es en donde los precios de los toros y novillos son más altos, y que son las menos en cuanto a festejos taurinos se refiere, es decir, plazas de primera categoría. De hecho, la mayoría de estos espectáculos se programan en plazas de tercera categoría y portátiles. En nuestro informe dejamos constancia de la infrautilización de estos inmuebles, que tienen, en muchas ocasiones, un coste anual de mantenimiento que se paga con fondos públicos. Hay miles de cosos taurinos que no se utilizan y muchos, la mayoría de los que se utilizan, solo ofrecen uno o dos festejos por año.

Desconocemos el número total de trabajadores fijos que emplean estas ganaderías, pero no deben de ser muchos, al tratarse de explotaciones de tipo extensivo, sin demasiado manejo de los animales, salvo en situaciones puntuales, para las que se contrata puntualmente a unos pocos trabajadores. Entre las 37 medidas que ha presentado el sector taurino, se habla de bienestar animal, cuando la realidad es que, en este tipo de explotaciones, el maltrato como método de selección es evidente.

En cuanto a las empresas taurinas, aquellas que organizan los festejos y por tanto compran los animales y contratan a los “jefes de cuadrilla”, sabemos que un sector muy monopolizado y endogámico, y que recae en muy pocas empresas, con el agravante de que muchos de estos empresarios son, al mismo tiempo, ganaderos y apoderados de toreros, rejoneadores y novilleros. Suelen ser casi siempre los mismos con distintos nombres e incluso agrupaciones de estas empresas que se unen para explotar determinadas plazas. Si hace años, la mayoría de los ayuntamientos, diputaciones y CCAA, propietarias de la mayoría de los cosos taurinos, cobraban un canon de explotación a los empresarios a través de los pliegos correspondientes, en la actualidad, salvo alguna excepción, estos cánones han desaparecido, se han abaratado considerablemente o han sido sustituidos por subvenciones públicas de esos mismos organismos a los empresarios o simplemente se les cede el espacio (plazas de toros y calles). Tenemos bastantes datos al respecto que les podríamos hacer llegar. Hoy sabemos que ningún festejo taurino se podría celebrar sin este tipo de subvenciones por parte de los organismos públicos, propietarios de las plazas de toros. Y lo mismo ocurre con los conocidos como festejos populares. Decir que el Estado no subvenciona la tauromaquia, es “acertado”, pero no lo es cuando nos referimos a ayuntamientos, diputaciones y CCAA. Los taurinos apelan a que esto no es más que una remuneración por prestación de servicios, en los que el dinero público no debería ser invertido y aún menos en estos momentos.

El Estado subvenciona a las cinco agrupaciones de ganado de lidia, en las que se engloban todas las ganaderías, con determinadas cantidades anuales, unos 300.000 euros, por la crianza de una raza autóctona protegida, la de bovino de lidia. Además, la FTL recibe 35.000 euros de subvención por parte del Ministerio de Cultura. Existe también una partida de 30.000 euros en lo que se conoce como premio a las Bellas Artes, que profesionales de la tauromaquia y ganaderos, han recibido en algunas ocasiones. Además de las ayudas que reciben de la PAC (se adjunta documento al respecto), los ganaderos de esta raza bovina reciben un pago por prima especial, prima por vaca nodriza, novilla, y prima por sacrificio)

Pagos directos de la Política Agraria Común

Recientemente se ha publicado que entre un 10%-15% de los ingresos de una ganadería de lidia procedería de esos fondos europeos, pero hay estudios económicos taurinos que los elevan al 30%

Ayudas por mantenimiento de vacas nodrizas.

Existe, además, desde el año 2011, un programa de mejora de la raza bovina de lidia, cuya cuantía anual desconocemos.

¿Cubrirán los Seguros Agrarios Combinados, los sacrificios a los que se vean obligadas las ganaderías por la pandemia, por el exceso de animales en sus explotaciones? Orden APA/528/2019, de 26 de abril, por la que se definen las explotaciones y animales asegurables, las condiciones técnicas mínimas de explotación y manejo, el ámbito de aplicación, el periodo de garantía, periodo de suscripción y el valor unitario de los animales, en relación con el seguro de explotación de ganado vacuno de lidia, comprendido en el cuadragésimo Plan de Seguros Agrarios Combinados.

En cuanto a los profesionales taurinos y lo que deben cobrar por festejo, hay que ir al convenio colectivo, que fija las remuneraciones mínimas, lo que no quita que las grandes figuras, los menos, cobren mucho más (100.000-150.000 euros o más), en algunas ocasiones. En realidad, la mayoría de las llamadas grandes figuras, suelen firmar a principio de año los contratos de toda la temporada, estableciendo sus remuneraciones en función del número de intervenciones que vayan a tener y de la categoría de la plaza. También existe una realidad paralela, la de aquellos novilleros que empiezan su carrera profesional y que pagan por “placearse”, es decir, por participar en algún festejo taurino. ¿A quién pagan? Al apoderado que gestiona su carrera profesional. Del mismo modo participan en tentaderos en determinadas ganaderías o pagan para que el ganadero les deje matar novillos o becerros en las plazas de tientas que existen en estas explotaciones ganaderas.

Cotización de profesionales taurinos

Cotizaciones Seguridad Social Profesionales Taurinos

Tablas salariales profesionales taurinos

                                         Algunas noticias de interés

La ganadería de lidia no es negocio. Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia. La mayoría de este tipo de explotaciones viven de la explotación extensiva de otras especies domésticas y de la actividad cinegética.

En cuanto al argumento de la sostenibilidad de determinados espacios “naturales” (dehesas) gracias a la existencia de las ganaderías de lidia, la realidad es que éstas, solo ocupan, como máximo, un 10% de ese tipo de espacios.   

Ganaderías de lidia mandan toros al matadero: Llevan muchos años «produciendo» más de lo que los aficionados consumen en los espectáculos que se celebran.
Una ganadería puntera, la de Fuente Ymbro, manda al matadero casi la mitad de sus animales, entre vacas, becerros/as, novillos y toros.
Esta ganadería, que vendió en 2019, aproximadamente, 100 animales para festejos, entre toros y novillos, disponía de 1400 animales en sus fincas (machos y hembras de diferentes edades), y sacrifica a 700.
Algo no cuadra. ¿Cómo sobrevive un negocio que solo da salida al 7% de su producción ¿Tendrán que ver las subvenciones y los derechos adquiridos? ¿Tendrá que ver la selección que hacen los ganaderos?
Estos datos deberían ser tenidos en cuenta por el gobierno a la hora de establecer las ayudas que le reclama el sector taurino.

También debería tenerse en consideración, como quedó evidenciado durante la tramitación parlamentaria que hizo de la tauromaquia “Patrimonio Cultural”, que este sector, solo supone, como mucho, el 0,125% de nuestro PIB.

Las canales de los animales que han intervenido en un festejo taurino tienen muy poco valor en los mataderos. De hecho, el precio de una canal de un toro lidiado o que ha participado en un festejo popular e incluso que solo ha sido tentado en su ganadería, es muy bajo (hablan de 500 euros, aunque dependerá del peso de la canal, a lo que habría que sumar las ayudas apuntadas anteriormente). Lo mismo sucede con las hembras que han sido desechadas por el ganadero. No es lo mismo que aquellos animales de esta raza que no han sido lidiados, que se pagan mucho mejor y cuya carne podría ser picada e incluso congelada. Existe un código alimentario especial para la carne de animales lidiados que no se aplica a aquellos ejemplares de esta raza que no han sido maltratados en un espectáculo, y que tiene una comercialización más amplia y sencilla. Por tanto, en estos momentos, en los que estos animales no tienen salida, su sacrificio en matadero debe ser una fuente de ingresos para el sector. Al parecer, la Junta de Andalucía ha autorizado los tentaderos, pero sabemos que prácticamente ninguna ganadería los está haciendo. En realidad, no ha sido la Junta de Andalucía la que los ha autorizado, sino que, al tratarse de una práctica ganadera en este tipo de explotaciones, es una actividad permitida por el Estado.

La dura vida de los subalternos. Viven de otros trabajos.

Los aficionados valencianos reclaman que les devuelvan el precio de los abonos y de las entradas de la feria de Fallas, que ha sido suspendida.  

La diputación de Valencia, administradora del coso, ha perdonado al empresario taurino que explota esa plaza, el canon de arrendamiento, que asciende a 207.901 euros en el año 2020. Este canon era, en 2014, de 400.000.

Las propuestas de UCTL

Sobre el número de espectadores a festejos taurinos

Simón Casas, empresario de Las Ventas. Pérdidas económicas en determinados festejos.

Como se puede comprobar en la documentación remitida (ver anexo elaborado por AVATMA), el empleo que genera la tauromaquia es escaso, temporal y endogámico, resultando evidente que, el sector taurino, debería contar con otras fuentes de ingresos más allá de esta actividad específica, adaptándose así al evidente declive que padecen y que pone en evidencia los datos ofrecidos anualmente por parte del Ministerio de Cultura.

Las cuantiosas pérdidas económicas que sufren y sufrirán todos los sectores de nuestra sociedad y su tejido productivo, no van a poder ser atendidas por el Estado, y la industria taurina, que vive del maltrato animal legalizado, no puede ni debe ser una excepción.

José Enrique Zaldívar Laguía. Presidente de AVATMA. Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y del Maltrato Animal.