DECLARACIÓN FELINA (Asociación Empatía-AVATMA)

Como veterinarios que trabajamos por el bienestar de los animales y en contra de su maltrato, nos hacemos eco de este texto, bautizado con el nombre de «Declaración Felina», en el que se recogen las principales directrices que deben hacer posible el control de los gatos comunitarios mediante el método CER (Captura-Esterilización-Retorno), el único que permite una gestión científica, eficaz y no letal de las poblaciones felinas.


DECLARACIÓN FELINA

Los gatos en general y los comunitarios en particular, están siendo objeto de una injusta campaña de demonización con muy perniciosas consecuencias para su bienestar, en caso de asumirse los erróneos planteamientos que algunos colectivos profesionales están difundiendo.

La interacción de los humanos con los gatos tiene más de 9.500 años de antigüedad. Los gatos son seres que sienten, experimentan placer y dolor. Actualmente, están protegidos legalmente por el sistema jurídico español. Relacionarnos de una manera ética es ahora nuestra responsabilidad.

La sociedad en general se muestra cada vez más preocupada por el bienestar de los animales, lo que ineludiblemente nos debe llevar a una consideración de la gestión ética, científica, eficaz y no letal del control de poblaciones felinas y del cuidado que debe otorgarse a los que conviven en nuestros hogares.

Es responsabilidad de las administraciones públicas a nivel estatal, autonómico y local, en colaboración con las organizaciones de protección animal, los veterinarios y las personas que se relacionen con los gatos, velar por su salud, protección, bienestar y cumplimiento de las normas que les amparan.

La siguiente declaración pretende alcanzar un consenso que favorezca la convivencia ciudadana y la aceptación de estas poblaciones, ya que se pretende una gestión integral y un equilibrio validado por todas las partes implicadas.

Todo ello basándonos en las siguientes premisas fundamentales:

1. Los gatos, salvo aquellas excepciones, que deben ser puntualmente y rigurosamente analizadas, no constituyen una amenaza general para la biodiversidad, como diversos estudios científicos avalan.

2. El alarmismo infundado tampoco ofrece ningún beneficio: los riesgos para la salud pública a nivel mundial en relación con los gatos, ya sean de colonias o no, son de escasa o nula relevancia en España, al igual que ocurre en la mayoría de los países de nuestro entorno socioeconómico inmediato.

3. Matar no es la solución: El control de poblaciones de gatos ha de ser no letal. La esterilización está demostrada como método eficaz de control, frente al sacrificio. Cuando una parte de una población animal se retira permanentemente de su área de distribución, tarde o temprano, el hábitat vacío atrae a otros miembros de la especie provenientes de áreas vecinas, que se trasladan. Los métodos letales tampoco son efectivos ni viables económicamente.

4. Dependiendo del grado de socialización con las personas, es necesario establecer tres categorías para los gatos:

  • Gato comunitario que vive en colonias y que puede tener un mayor o menor grado de socialización con el ser humano dependiendo de si ha tenido o no contacto temprano con las personas.
  • Gato con responsable conocido: animal que convive en un hogar con las personas. Puede, a su vez, permanecer permanentemente en el interior de la vivienda (indoor) o que sus responsables les permitan salir fuera del domicilio y eso le permita tener contacto con otros gatos (outdoor).
  • Gato casero abandonado: gato socializado con humanos, que ha convivido previamente en un hogar, que tenía una persona responsable de él y posteriormente ha sido abandonado en la calle.

5. Reconocemos que la implementación del Método CER (Captura Esterilización y Retorno), método científico internacionalmente conocido por sus efectos positivos cuando se hace siguiendo todos sus pasos, es la opción más adecuada para la gestión de los gatos comunitarios.

6. Retorno de los gatos al mismo lugar de ubicación de su colonia. Reubicar a los gatos comunitarios no socializados en refugios es inaceptable en términos de bienestar animal, inviable en términos de espacio y de gestión. Tampoco se apoya la retirada de los gatos del medio, dada su probada ineficacia y el alto grado de maltrato animal que esta práctica supone, al menos cuando es aplicada de forma indiscriminada. La reubicación de gatos,en caso de ser inevitable, debe hacerse siguiendo los protocolos necesarios para minimizar el impacto emocional y para su salud, que la nueva ubicación puede provocar en aquellos gatos que se vean afectados por esta medida.

7. Implementar programas de tenencia responsable de gatos caseros, identificación obligatoria, una mayor y más temprana esterilización y prevención del abandono; todo ello acompañado de la expansión de políticas tendentes al “sacrificio cero” y, lógicamente, dotado de la adecuada financiación por parte de las administraciones. La edad de esterilización deberá ser establecida por los veterinarios clínicos que atiendan la salud de esos animales.

8. En ningún caso la profesión veterinaria puede apoyar el control letal, debiendo reservarse la eutanasia para casos extremos, cuando razones de salud individual que se consideran irreversibles así lo justifiquen, y siempre bajo prescripción facultativa.

Proponemos, por todo ello, fomentar el consenso y la colaboración entre las administraciones responsables, las entidades de protección de los gatos comunitarios, veterinarios y organizaciones de preservación de la biodiversidad, siempre a través de un modelo de gestión ética de control de poblaciones felinas, ya que así lo demandan los valores actuales de nuestra sociedad y el ordenamiento jurídico: el Art. 12.ii del Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía ratificado por España en 2018, el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea y el Informe del Consejo de Estado.