Revisión de la problemática de las cabras Guaniles en las Islas Canarias y de posibles medidas no letales para su captura y reubicación

CONTENIDOS

  1. OBJETIVOS
  1. INTRODUCCIÓN
  1. PROBLEMAS CUSADOS POR EL GANADO CAPRINO ASILVESTRADO
  1. MEDIDAS ÉTICAS DE CONTROL Y CAPTURA
  1. DESTINO DE LOS ANIMALES CAPTURADOS
  1. CONCLUSIONES
  1. REFERENCIAS

1. OBJETIVOS

La finalidad del presente documento es plasmar, de manera resumida, una recopilación de distintos artículos y trabajos científicos que han tratado la problemática de los animales asilvestrados en entornos insulares y, en particular, de las cabras guaniles (cimarrones) en la isla de Gran Canaria.

Con esta revisión bibliográfica pretendemos:

  1. Ofrecer una imagen de conjunto sobre el impacto ambiental que ocasiona la presencia estos herbívoros en la flora endémica protegida, y la necesidad de erradicación de los animales de estas zonas para salvaguardar el patrimonio natural de la isla.
  2. Referenciar y exponer el abanico sistemas éticos que se han venido utilizando hasta la fecha para el control de poblaciones de cabras asilvestradas y que pensamos que podrían utilizarse de manera conjunta como alternativa a los métodos letales, ampliamente rechazados por una gran parte de la sociedad.

 

2. INTRODUCCIÓN

En Canarias, las cabras -junto a otras especies como las ovejas, cerdos (Sus scrofa domesticus), perros (Canis lupus familiaris) y ratones (Mus musculus)- fueron introducidas por los aborígenes antes del año 313 AD (1). Posteriormente, el periodo imperialista europeo (S.XV) posibilitó la llegada masiva de especies exóticas invasoras a nuevos territorios e islas por todo el planeta. Los navegantes europeos habitualmente abandonaban una o varias especies de mamíferos -entre las más comunes se encontraban conejos (Oryctolagus cuniculus), cabras (Capra aegagrus hircus) y ovejas (ovis orientalis aries)- en las islas que se encontraban en sus viajes a ultramar (1) con el objeto de usarlos para aprovisionarse de alimento durante las travesías.

Las cabras consumen todo tipo de materia vegetal, incluyendo materiales muy lignificados e incluso tóxicos para otros animales. Son capaces de obtener recursos fuera del alcance de otros herbívoros de su talla gracias a su capacidad para trepar a las rocas y a los árboles. Debido a esto, y a que poseen requerimientos metabólicos bajos, un sistema digestión eficiente y escasos requerimientos de agua, las cabras han establecido poblaciones en lugares donde no lo pueden hacer otros herbívoros (1), convirtiéndose en un animal altamente invasor hasta el punto de ser considerado por el ISSG de la UICN entre las 100 de las peores especies exóticas invasoras (1). Han sido objeto de numerosas campañas de erradicación en islas e islotes, siendo erradicadas de más de 120 islas (1). La cabra no es un animal autóctono de las Islas Canarias y no está integrada en sus ecosistemas, no tiene depredadores naturales y las plantas no están adaptadas a su presión.

El proceso de domesticación en las cabras incluyó la selección de una serie de características que permiten un mejor aprovechamiento de los animales, tales como una mayor fertilidad a través de la reducción de la edad de reproducción, la capacidad de aparearse durante la lactancia (lo que permite la explotación de la leche) y la posibilidad de partos múltiples. Fruto de esa selección, la cabra es capaz de reproducirse a lo largo de todo el año -desde antes de los primeros 12 meses de vida- y volver a quedar preñada poco después del parto, ya que la lactancia no interrumpe el estro. La gestación dura 150 días. Entre las múltiples camadas y los partos dobles (que superan el 50%), una población asilvestrada puede llegar, considerando las mortalidades, a doblar su número cada 19 meses (2).

La importancia histórica de las cabras en la economía y cultura de las islas queda de manifiesto en el hecho de que actualmente en el archipiélago se reconocen varias razas caprinas (1) como la Palmera, Majorera y Tinerfeña, y cruces de éstas. En el oeste de Fuerteventura existen cabras de costa diferenciadas genética y morfológicamente del resto de razas de Canarias, por lo que podrían tener su origen en los rebaños aborígenes (3,4). La ganadería caprina hoy en día es una importante actividad en el sector primario de todo el archipiélago, siendo la mayoría de las explotaciones de carácter familiar, con un censo de 262.000 cabezas en 2013 (5). En régimen extensivo y semiextensivo los animales pasan gran parte de su tiempo pastando libremente. Posteriormente, los ganaderos, con las denominadas “apañadas”, recogen a estos animales (1) para someterlos a controles sanitarios periódicos, identificarlos y obtener su producto cárnico anual (baifos o cabritos, principalmente).

Parte de las cabras que pastan libremente por las cumbres de las diferentes islas de forma asilvestrada desde hace generaciones (llamadas cimarrones o guaniles) proceden de estos regímenes de explotación, originándose a partir de animales que se escaparon, extraviaron se abandonaron a su suerte.

3. PROBLEMAS CAUSADOS POR EL GANADO CAPRINO ASILVESTRADO

Las cabras se encuentran establecidas en las siete islas principales, en prácticamente todos los hábitats del archipiélago canario (1). Tal y como se comentaba en la introducción, su presencia en las islas –así como la de ovejas y ratones- data de la colonización aborigen, es decir, a tiempos anteriores al año 313 de nuestra Era, por lo que su presencia en el medio natural podría remontarse hasta dos milenios (1).

La información concreta sobre sus impactos se encuentra dispersa y, en muchas ocasiones, en informes o publicaciones científicas que tratan temas muy variados que no abordan directamente el efecto de las cabras sobre el medio (1). El ganado asilvestrado es considerado por algunos autores como una de las mayores amenazas para algunas especies vegetales endémicas, incidiendo de forma especialmente aguda en muchas de las áreas más valiosas de la flora y vegetación de Canarias, incluidos Espacios Protegidos de la Red Canaria, así como Zonas de Especial de Conservación de la Red Natura 2000 (1).

Los problemas ecológicos ocasionados por el ganado guanil en las Islas Canarias derivan, fundamentalmente, de los fenómenos de:

  • DEFORESTACIÓN

La deforestación es la alteración más importante y la causa principal de pérdida de biodiversidad en las islas. En la mayoría de los casos, las biotas de las islas oceánicas han evolucionado en ausencia de grandes herbívoros, por lo que las especies vegetales existentes carecen de adaptaciones para afrontar una herbivoría intensiva (1). Por ejemplo, la producción de toxinas o sustancias repelentes, o la presencia de espinas están generalmente ausentes en las plantas insulares, por lo que son muy vulnerables a los herbívoros introducidos (1).

Por tanto, las cabras son responsables de severos impactos directos sobre la flora de las islas, incluyendo la extinción –local o total- de muchas especies (1).

Además del follaje, consumen con frecuencia la corteza de los árboles jóvenes y los machos producen además serios daños debido a su costumbre de restregar su cuerna contra los troncos de éstos descortezándolos, por lo que su impacto sobre el arbolado se multiplica (6).

  • EROSION

La erosión viene ligada a la deforestación. La destrucción de la vegetación por todo tipo de herbívoros, el pisoteo de los ungulados y las escarbaduras de los conejos afectan gravemente a la cobertura vegetal. Un suelo pobre en materia vegetal con disminución en su cobertura estará más expuesto a los factores climáticos que alterarán sus características, compactándose y llegando a perder totalmente su estructura -dejando la roca al descubierto-, facilitando así la desertización de las zonas más castigadas e impidiendo o dificultando el crecimiento de una nueva cubierta vegetal (6) . La erosión afecta a las especies vegetales más frágiles, con raíces menos profundas, incluso al arbolado.

Existen ejemplos claros como sucede con Crambe tamadabensis, en la que su distribución y dinámica poblacional se encuentran muy influenciada por la presencia habitual de cabras y otros herbívoros, por lo que probablemente su comportamiento rupícola responde más bien a una situación de refugio frente a la intensa presión del ganado que a la propia ecología de la especie (1).

Los dragos (Dracaena tamaranae) son muy vulnerables a la acción de los herbívoros, en particular cabras y conejos, especialmente en los primeros estadios de crecimiento, lo que parece impedir su regeneración natural (1).

En el caso de Isoplexis isabelliana los herbívoros se han mencionado como una amenaza por el ramoneo sobre las plántulas, mientras que la incidencia del ganado (tanto caprino y ocasionalmente ovino) y de otros herbívoros silvestres (conejos) sobre las plántulas, plantas jóvenes y ramas de las plantas adultas de Argyranthemum lidii, supone una limitación a renovación y expansión poblacional de esta especie (1). En una situación similar se encuentra Cheirolophus falcisectus, ya que las cabras devoran tanto hojas como tallos, e incluso sus llamativos capítulos de flores moradas (1).

  • DESPLAZAMIENTO DE ESPECIES Y COMPETENCIA DE RECURSOS

El impacto de las cabras sobre las especies autóctonas no se limita exclusivamente a las plantas. La herbivoría de las cabras puede producir graves alteraciones sobre las comunidades de invertebrados como consecuencia de sus alteraciones en la vegetación que les deja sin medio para encontrar refugio (1). Por otro lado, las cabras pueden tener fuertes impactos sobre los vertebrados autóctonos por las alteraciones de hábitat que producen o a través de competición por los recursos tróficos, afectando a especies tan emblemáticas como los lagartos gigantes (Gallotia intermedia, G.bravoana y G. simonyi y G. stehlini) (1).

  • PÉRDIDAS ECONÓMICAS

Otros impactos del ganado asilvestrado, muy poco conocidos y difíciles de evaluar, son los relacionados con las pérdidas económicas que producen. En este sentido, se ha documentado que estos herbívoros ocasionan daños en los cultivos próximos a los acantilados de Famara en Lanzarote (1).

También se produce una competencia directa por los pastos existentes entre las cabras cimarronas o guaniles y las pertenecientes a rebaños en explotación semiextensiva, lo que obliga a que la suplementación de la alimentación de estos rebaños sea mayor (1).

Se ha documentado la cubrición de cabras en régimen de explotación lechera por parte de machos cimarrones, lo que provoca la preñez de éstas en épocas no programadas para ello, con el consiguiente cese de su producción de leche y disminución en las cantidades de queso producidas (1). Este impacto puede ser cuantitativamente importante en explotaciones familiares de medio y pequeño tamaño, como son la mayoría (1).

 

4. MEDIDAS ÉTICAS DE CONTROL Y CAPTURA

El mantenimiento de poblaciones de cabras cimarronas en los espacios naturales del archipiélago es imposible de justificar, por lo que se hace necesario adoptar medidas para impedir su proliferación e intentar su erradicación (1).

A pesar de que los beneficios de la erradicación de la cabras sobre los ecosistemas insulares han sido ampliamente documentados, estas erradicaciones –como el de muchas otras exóticas que llevan tiempo establecidas- deberían realizarse teniendo en cuenta los ecosistemas en su conjunto, para tratar de anticiparse o prevenir problemas adicionales surgidos tras las erradicaciones, como por ejemplo el aumento desmesurado de algunas plantas invasoras (1). Además, entre las diversas medidas que se podrían tomar, se debería hacer más hincapié en aquellas acordes a una sociedad actual que demanda soluciones ecológicas para el medio pero también éticas para los propios animales.

Cierto es que a nivel ecológico resulta totalmente inviable mantener esas poblaciones en zonas donde la biodiversidad está gravemente amenazada, y lo fácil, económico y de efectividad ampliamente demostrada en cantidad de islas e islotes es la eliminación de esos animales mediante batidas, pero la sociedad de hoy día requiere que esos desajustes ecológicos -al fin y al cabo causados por la mano del hombre- sean atajados de manera que no causen daño a los animales asilvestrados.

Las medidas deben de ponerse en marcha después de haber realizado un reconocimiento detallado del terreno donde se encuentran los animales, la mayoría de las veces abrupto o muy abrupto con paredes casi inaccesibles, para detectar dónde están los problemas, conocer la existencia y cuantía de grupos de animales, sus movimientos, los daños que producen, rutas de acceso a esas zonas, posibles áreas de captura, etc. Solo así se podrán adoptar sistemas eficaces tales como:

  • VALLADO

Para garantizar la supervivencia de endemismos vegetales locales en peligro sería adecuado la protección mediante vallados en lugares estratégicos de la zona de reserva que impida la entrada de herbívoros. Estos vallados no tienen que ser totalmente cerrados, sino que dispongan de una serie de puertas que permita el acceso a viandantes, lugareños y guardas en los lugares que se requiera, con un sistema de seguridad para evitar dejarlas abiertas. Las estructuras deberían de revisarse periódicamente para detectar cualquier daño que permitiera la entrada de animales de nuevo a su interior.

En el proyecto Life+Inagua (LIFE07 NAT/E/000759) (7) se realizó un estudio de impacto sobre las cabras en las que se ubicaron 10 parcelas valladas y otras tantas de control para realizar un seguimiento de la evolución del hábitat en presencia y ausencia de dichos herbívoros. Con la red de parcelas se ha podido obtener información relevante sobre el impacto que tienen estos herbívoros alóctonos (unos 189 censados) sobre la riqueza y cobertura de las especies herbáceas y arbustivas, detectando una menor riqueza y cobertura en las parcelas expuestas a la herbivoría. Las acciones acometidas en este proyecto (vallados, reforzamiento de poblacionales, control de herbívoros, etc.) han posibilitado la mejora en el estado de conservación de las especies objeto de estas acciones. El caso más relevante es probablemente Helianthemum inaguae que contaba antes del incendio de 2007 con alrededor de 30 ejemplares, en una repisa de los andenes de Tasarte y que el incendio arrasó; después de las acciones cuenta con una población que supera los 227 individuos y que se distribuyen por una superficie más amplia (1).

  • CILINDROS PROTECTORES

El uso de cilindros protectores en reforestaciones está más que probado que preserva las nuevas plántulas de las agresiones externas durante sus primeros años de desarrollo. A su vez, los últimos diseños permiten condensar el agua de niebla para el riego.

  • USO RACIONAL DE LA GANADERIA EXTENSIVA

Un uso racional de esta forma de explotación con estudios de capacidad de carga ganadera en zonas que no presenten un peligro para la conservación de especies vegetales es necesario para mantener el equilibro entre ganadería y biodiversidad.

En 2013 se publicaron dos estudios en los que se analizó el comportamiento de la vegetación frente al pastoreo. En ellos cabe destacar que en los lugares donde esta actividad ha cesado, la vegetación presenta estados más avanzados dominados por arbustos, mientras que el pastoreo intenso conduce a ecosistemas más abiertos y diversos, por ello señalan que el pastoreo es indispensable para el mantenimiento de los agro-ecosistemas tradicionales, aunque la intensidad del pastoreo debe ser controlada para impedir efectos negativos como por ejemplo la drástica reducción de las plantas más sensibles (1). También sugieren el control del pastoreo en el tiempo para lograr algunos periodos de descanso y dar tiempo para la recuperación de algunas especies endémicas arbustivas a partir de fuentes naturales cercanas a los pastos (1). En Tenerife se realizó un estudio en la meseta de Teno en el que se señala que este enclave reúne las condiciones necesarias para convertirse en un modelo del uso racional de un territorio; de hecho, la elevada heterogeneidad del banco de semillas de estos pastos puede ser de utilidad para diversificar las especies que pueden ser consumidas por el ganado (1). Esta alta diversidad presente en el banco de semillas sugiere que la composición de especies ha estado interactuando durante largo tiempo con el pastoreo de cabras favoreciendo el mantenimiento es esta diversidad (1).

Debido a que el abandono del pastoreo puede tener efectos en la diversidad de los pastos -ya que el ramoneo de los herbívoros es una importante fuerza para el mantenimiento de ciertas especies- estos autores proponen la promoción del pastoreo en estas áreas para conservar el valor natural de los pastizales, así como una actividad tradicional sostenible (1).

En la isla de La Palma se desarrolló un proyecto que evaluó la viabilidad del control de la vegetación mediante manejo de ganado extensivo en las infraestructuras contra incendios forestales: se instalaron parcelas experimentales en dos cortafuegos en dos unidades de vegetación (codesar y fayal-brezal) y se trabajó con 73 animales durante 118 días, ofreciendo excelentes resultados (1).

  • APAÑADAS

Las apañadas son una antigua tradición ganadera que aún se sigue practicando en Canarias. La más conocida es la de Cofete, en Fuerteventura, debido a la espectacularidad del acto, pues se da en zonas de difícil acceso y practicando el conocido “salto del pastor”.

La apañada consiste en reunir el ganado semiextensivo que pasta libremente para marcar, administrar el ganado nacido durante el año (baifos) y castrar a los machos Una parte de los animales se capturan (esencialmente para el aprovechamiento de su carne), mientras que el resto, una vez marcado, es de nuevo liberado (1). Este método de recuperación de animales ya ha sido empleado en diversas Islas de Canarias con más o menos eficacia.

En el proyecto Life+Inagua (LIFE07 NAT/E/000759) (8) se capturaron 47 animales en 20 apañadas que fueron entregados a la facultad de Veterinaria de Gran Canaria y a los ayuntamientos de Tejeda, Mogán y La Aldea. En Fuerteventura, un estudio basado en encuestas a ganaderos y técnicos para la gestión de la ganadería extensiva en los espacios protegidos de la isla (6) señala que el 76% de las explotaciones de la Península de Jandía se dedican a la explotación de carne en extensivo (ganado de costa) y emplean las apañadas para recuperar el ganado cuando es necesario. En Tenerife, la asociación de vecinos Los Carrizales organizó -debido al aumento de animales guaniles por el cese de actividad de algunos ganaderos- apañadas en 2008 y 2012, capturándose 70 y 32 cabras respectivamente (1). En el informe “Ganado asilvestrado y su impacto en la Red Natura 2000 en Canarias 2014(1) se cita que el Cabildo Gomero propone como medida de control la realización de apañadas organizadas en el que se autoriza a los ganaderos incluidos en el Registro Ganadero a apañar el ganado asilvestrado bajo la supervisión del Cabildo Insular, llevándose a efecto en presencia de un representante del SEPRONA y un Agente de Medio Ambiente, y estableciéndose las fases de autorización, apañada, transporte, estabulación temporal, identificación mediante crotalado y revisión veterinaria.

Estas apañadas, realizadas únicamente en espacios protegidos de la Red Natura 2000, deberían extenderse a Zonas de Especial Conservación y a los montes comunales de los ayuntamientos, así como a áreas con poblaciones de especies protegidas de flora incluidas en el Catálogo de especies protegidas de Canarias (1).

En cualquier caso, se deberían apoyar todas aquellas iniciativas –particulares o de grupos locales- que persigan la captura de estos animales (1). Pero siempre debería de efectuarse de manera estudiada y consensuada con los distintos grupos (cabildo, ayuntamientos, ganaderos, asociaciones, etc.) para evitar que su mala gestión lleve al traste la campaña como sucedió en 2011-2012 en la Gomera en apañadas realizadas por voluntarios (9) gastando recursos, medios y resabiando a unos animales cada vez más difíciles de capturar.

  • TRAMPAS Y COMEDEROS ARTIFICIALES

El empleo de trampas selectivas en la que emplear una cabra hembra como cebo con la intención de capturar machos ya se ha empleado sin éxito en el proyecto Life+Inagua (LIFE07 NAT/E/000759) (8). En este mismo proyecto se utilizaron bloques de sal con la que agrupar y atraer a las cabras guaniles de distintas zonas, pero la mayoría fueron destruidos por las inclemencias del tiempo.

El uso de comederos artificiales con alimento apetecible para estos animales -incluyendo bloques de sal en las épocas de mayor carestía- podría ser una estrategia al uso en un futuro, distribuyendo éstos en zonas estratégicamente situadas y protegidos de las inclemencias meteorológicas. Esto permitiría concentrar a los animales en un determinado lugar fácilmente accesible para posteriormente mediante apañadas intentar recoger el mayor número posible. Este método se ha realizado exitosamente en la captura de ungulados silvestres como el muflón en diversas fincas privadas de la península.

  • CAPTURA CON LAZO

En Mallorca es tradicional la caza con perros que acorralan las cabras en los roquedos, donde estas intentan hacer frente a la agresión. El cazador aprovecha entonces para capturarlas con un lazo manejado al extremo de una pértiga. El sistema resulta muy eficaz y permite capturar a varios ejemplares del mismo grupo, aunque requiere de perros especialmente adiestrados (6).

  • USO DE CABRAS “JUDAS”

Las cabras “judas” son animales introducidos deliberadamente en una zona cercana a la que se encuentra el ganado cimarrón. Pueden ser incluso animales capturados en esa población equipados con un collar radiotransmisor GPS que permite conocer en todo momento donde se encuentran, que recorridos hacen a lo largo del día, etc. Los collares cuentan con una placa solar para asegurar el funcionamiento de la tarjeta móvil que llevan incorporada, y pueden emitir información cada hora.

Los animales introducidos pueden ser machos, o hembras castradas a las que se les provoca un celo inducido mediante hormonas para atraer a los machos.

Estas cabras son muy útiles para localizar los rebaños de cabras guaniles, ya que éstos son animales de rebaño y rápidamente aceptarán al individuo introducido, permitiendo así conocer en todo momento si los animales salen de la reserva natural o si están mucho tiempo quietos. Dado que los machos, conocidos como «cabras Judas», son los que guían al resto del ganado, se tiene información fiable de las rutas que sigue y su comportamiento.

A partir de estos datos, se puede diseñar una estrategia de captura instalando comederos artificiales, realizando apañadas, etc. Además, si los animales se encuentran en una zona vallada y salen y entran, permitiría conocer el lugar donde el vallado ha sido dañado para poder ser reparado.

  • CENSO Y CONTROL DE LAS GANADERIAS POR PARTE DE LA ADMINISTRACIÓN

Debemos tener en cuenta que el problema con el ganado guanil en Canarias no se puede atajar de la misma forma que se ha hecho en otros archipiélagos del planeta (ej: Islas Galápagos), debido a que en nuestras islas convive dicho ganado asilvestrado con el perteneciente a diversas explotaciones ganaderas. Es por ello fundamental tener controlada la cabaña ganadera insular para poder controlar el ganado guanil, ya que no debemos olvidar que gran parte de este problema se originó a partir de los regímenes de explotación extensivo y semienxtensivo, ya fuera porque los animales se escaparon, extraviaron o se abandonaron a su suerte. Por ello la administración tiene que tomar medidas de control estricto para que, una vez capturados los animales asilvestrados, no se vuelva a caer en el error de permitir que nuevos ungulados se asilvestren.

Para ello proponemos una serie de medidas:

  • Actuar de manera firme contra las explotaciones que no tengan controlados, vigilados y debidamente identificados a sus animales, incrementando la cuantía de las sanciones por incumplimiento de la normativa. Los ganaderos deben comunicar a las Administraciones públicas en tiempo y forma los datos sanitarios, especialmente los relativos a nacimientos, muertes, entradas y salidas de animales, manteniendo actualizado el libro de explotación tal y como indica la Ley 8/2003 de sanidad animal.
  • Anunciar a los ganaderos mediante bando municipal la retirada de su ganado “asilvestrado” sin consecuencias administrativas o penales durante un tiempo prudencial antes de planificar cualquier apañada municipal, para luego tomar las medidas administrativas correspondientes en el caso de recoger algún animal con propietario.
  • Impedir el acceso de rebaños domésticos a las zonas protegidas. Como ya hemos visto, la existencia de sistemas de explotaciones extensiva y semiextensiva hace que el problema de las cabras en el medio natural no se limite a los animales asilvestrados, en teoría sin propietario. La presencia continuada (ganado extensivo) o salida periódica (ganado semiextensivo) de parte de la cabaña ganadera a determinados entornos pueden generar importantes impactos en áreas naturales bien conservadas de la Red Natura 2000 (1). Por ello consideramos imprescindible impedir el acceso de los rebaños domésticos a las zonas protegidas y evitar así el consumo de especies endémicas, degradación de la vegetación o erosión del suelo.

 

5. DESTINO DE LOS ANIMALES CAPTURADOS

Los animales asilvestrados recogidos de las áreas protegidas (mediante apañadas, trampas, etc.) podrían tener diversos destinos, tales como explotaciones de los ganaderos participantes en las apañadas o colectivos de protección animal. La administración debería contemplar también (puesto que estos animales sin propietario son, en definitiva, su responsabilidad) la habilitación de terrenos cercados y controlados por el cabildo correspondiente, con un tamaño acorde al volumen de animales a albergar, en una zona que no represente ningún peligro para los endemismos de la fauna y flora insular.

6. CONCLUSIONES

Tal y como describe Joan Mayol en la introducción del Manual práctico para el manejo de vertebrados invasores en islas de España y Portugal (Proyecto LIFE2002NAT/CP/E/000014) (6),

los efectos nocivos de las especies introducidas e invasoras -especialmente en los medios insulares, de reconocida fragilidad ecológica- son bien conocidos: aves marinas extinguidas por ratas o carnívoros, plantas endémicas y comunidades vegetales afectadas por herbívoros, fenómenos irreversibles de erosión desencadenados por conejos o ungulados, o difusión de enfermedades por especies foráneas… los ejemplos descritos en la literatura científica son muy numerosos. Pero también es cierto que hay especies introducidas desde antiguo que han evolucionado en las islas hasta generar neoendemismos de valor genético, y no faltan otros casos en que estas especies pueden tener valor cultural o aprecio social. Por tanto, la conveniencia del control de especies introducidas, siendo la regla general, no carece de excepciones, de forma que el análisis caso a caso (para cada especie en cada isla) debe ser previo a la decisión. En coherencia con la idea hoy universalmente aceptada en los medios conservacionistas y científicos (aunque no erradicada en la práctica: la tasa actual de introducciones, deliberadas o accidentales, es aún muy elevada) de que los riesgos que supone la introducción de una especie exótica son inaceptables, debe considerarse positivo erradicar las especies introducidas en los ecosistemas en que están presentes. Sin embargo, también debemos admitir que esto es simplemente imposible en muchos casos. Todas las especies de mamíferos terrestres de las Baleares, por ejemplo, fueron introducidas por el hombre, y no sería ni factible ni razonable exterminarlos por este motivo. Pero sin duda, aunque llevasen milenios en la isla a la que dieron nombre, nadie se plantea reintroducir las cabras en el Parque Nacional de Cabrera, cuya cubierta forestal se recupera espectacularmente a los cincuenta años de la extinción de los ungulados”.

Aunque, como se ha demostrado, en zonas donde la biodiversidad está gravemente amenazada es totalmente inviable mantener poblaciones de especies introducidas y ha de hacerse lo posible por erradicarlas, no es menos cierto que la conciencia social, cada día más avanzada, exige que los desajustes ecológicos causados por nuestra especie sean solucionados con medidas éticamente aceptables que no conlleven daño para los animales implicados.

En este aspecto, el sentir de los ciudadanos se manifiesta cada vez con mayor contundencia en contra de las matanzas con fines conservacionistas de animales considerados “invasores”. En concreto, y en el caso que nos ocupa, ya han existido numerosas protestas desde diversos sectores ante el exterminio letal de cabras en el archipiélago canario (A-F).

Otro suceso reciente (febrero 2016) ha tenido lugar en el islote balear de Es Vedrá (Ibiza), en el que se ha llevado a cabo la matanza de unas 50 cabras asilvestradas. Las declaraciones aparecidas en prensa (G) indicaron que “no se puede asegurar que las cabras hayan muerto sin sufrimiento o hayan quedado heridas, dado que se les disparó desde lejos, usando fusiles de largo alcance” y que, según testimonios de pescadores de la zona, “había cabritos agonizando por las heridas de bala”. Este exterminio ha generado un enorme rechazo social y ha impulsado la recogida de cientos de firmas (H) para la dimisión de los responsables (la directora de Espacios Naturales y Biodiversidad de la Conselleria de Medio Ambiente, y el conseller insular de Medio Ambiente).

Como vemos, la sociedad española exige, cada vez más, la puesta en marcha de métodos alternativos no letales y la resolución no violenta de los conflictos que los animales pudieran ocasionar a nivel ecológico o de convivencia con nuestra especie.

Es, por tanto, tarea obligada la de estudiar y desarrollar este tipo de soluciones, y cometido imprescindible de los representantes políticos apoyarlas e implementarlas de forma urgente y definitiva.

7. REFERENCIAS

BIBLIOGRAFÍA Y ARTÍCULOS

  • (1) Rando, J.C. 2014 Informe preliminar sobre la situación del ganado asilvestrado en la Red Natura 2000 en Canarias.
  • (2) Parkes J., Henzell R. & Pickles, G. 1996. Managing Vertebrate Pests: Feral Gouts. Australian Government Publishing Service, Canberra.
  • (3) Martínez, A.M., Acosta, J., Vega-Pla, J.L. and Delgado, J.V. 2006. Analysis of the genetic structure of the canary goat populations using microsatellites. Sci., 102: 140-145.
  • (4) Morales-de la Nuez, A., Rodríguez, C., Santana, M., Hernandez-Castellano, L.E., Niño, T., Reyes-Chacon, R.J., Moreno-Indias, I., Castro, N. & Capote J. 2012. Morphological measurements and indexes as a tool to support molecular genetic studies: an example in Canary Islands. Journal of Applied Animal Research 40 (3):1-7.
  • (5) MAGRAMA. 2013. Caracterización del sector ovino y caprino en España.
  • (6) Orueta, J.F. Manual práctico para el manejo de vertebrados invasores en islas de España y Portugal Proyecto LIFE2002NAT/CP/E/000014
  • (7) LifeInagua C.1. 2012. Control de herbívoros. Restauración de pinares endémicos afectados por incendios forestales y recuperación de su flora y fauna. LIFE07 NAT/E/000759.
  • (8) LifeInagua A.2. 2010. Protocolo de Extracción de Herbívoros (cabras y conejos), capturados en la Reserva Natural Integral de Inagua. Restauración de pinares endémicos afectados por incendios forestales y recuperación de su flora y fauna. LIFE07 NAT/E/000759.
  • (9) GomeraNoticias. 2014. Los técnicos demandan “una actuación contundente” para eliminar a los ejemplares asilvestrados según el Cabildo de La Gomera. 08.2014.

 

NOTICIAS PRENSA Y REDES SOCIALES

 

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