Me complace hacerte llegar una mala noticia. Aquel martillazo que me propinaste en la cabeza por alguna razón que sólo tú -o incluso ni tú- conoces, aquel siniestro golpe que me fracturó el cráneo y me dejó vagando semanas hasta caer desfallecido, no ha cumplido su objetivo. Han hecho falta semanas de trabajo conjunto de varios especialistas veterinarios, auxiliares, peluqueros y adiestradores, pero ha merecido la pena. Años de formación académica, horas y horas de dedicación, mucho dinero, toneladas de cariño y coraje, me han devuelto las ganas de vivir y de agitar mi cola en señal de alegría. Ese gesto, que sólo un cretino como tú fue capaz de perpetrar, no ha valido sino para que ahora goce de una vida mucho mejor y para reforzar la vocación de mis rescatadores. He recuperado mi peso, mi dignidad y mi confianza en el ser humano, a pesar de que algunos como tú habiten en este mundo haciéndolo más oscuro y doloroso. Iré a visitarte cuando esté restablecido, pero tranquilo, no te atacaré, porque soy más noble que tú. Solamente señalaré, a quienes hoy me cuidan, quién es el monstruo que trató de segar mi vida, para que ellos se encarguen de vengarme. Ya sabes, cosas de humanos que los perros no entendemos. Sin rencor, Sako.
Alfonso Bañeres. Basati. Grupo Veterinario Permanente para la Atención de los Animales Desprotegidos.
Vocal de AVATMA en Navarra.
Debe estar conectado para enviar un comentario.