Desde AVATMA ofrecemos más argumentos para la ratificación, sin reservas, del Convenio Europeo para la Protección de los Animales de Compañía.
El día 16 de marzo se votará en sesión plenaria del Congreso de los Diputados la ratificación de este Convenio Europeo. De cara a dicha votación así están las cosas:
SECUENCIA DE LOS ACONTECIMIENTOS
1. Aprobación por parte del Consejo de Ministros de la ratificación del Convenio Europeo para la protección de los animales domésticos del año 1987. España lo firmó pero nunca lo ratificó, septiembre de 2.015.
2. Presentación de una «reserva» por parte del PP sobre los cortes de cola, es decir, se ratificaría el Convenio Europeo pero permitiendo este tipo de amputación.
3. Presentación de una «enmienda» por parte de Unidos Podemos para que la ratificación no haga la excepción con los cortes de cola. Aprobada en una comisión a puerta cerrada por parte de todos los partidos excepto el PP.
4. Presentación de una «transaccional» por parte de ERC, apoyada por el PP, para mantener la excepción de los cortes de cola, pero sólo para una serie de razas que determinaría el Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, siempre y cuando se realice en animales muy jóvenes, y por parte de veterinarios. Esta «transaccional» se votó en la Comisión de Medio Ambiente contando con los votos a favor de PNV, UPN, PP y ERC. Ante la presión que se desarrolló desde diversos ámbitos del mundo de la protección animal, ERC decidió retirarla, con lo que todo quedaba como al principio: la «reserva» del PP y la «moción» de Unidos Podemos.
5. El jueves día 16 de marzo se votará en el pleno del Congreso de los Diputados, según el procedimiento que se dictamine previamente, la «reserva» del PP, la «enmienda» de Unidos Podemos y el «dictamen«.
El Convenio Europeo para la Protección de los Animales de Compañía, del Consejo de Europa, establece en su artículo 10:
«Las operaciones quirúrgicas para el propósito de modificar la apariencia de un animal de compañía o para otros fines no curativos estarán prohibidas, en particular: el corte de colas, el corte de las orejas; desvocalizaciones; resección de uñas y tercera falange. Se permitirán excepciones a estas prohibiciones sólo si el veterinario lo considera necesario por razones médicas, para el beneficio de cualquier animal en particular. Operaciones en las que el animal es probable que experimente dolor intenso se llevarán a cabo bajo anestesia únicamente por un veterinario o bajo su supervisión».
La «transaccional» retirada por ERC, decía:
«De acuerdo con el artículo 21, párrafo 1 del Convenio, el Gobierno de España no se considera obligado por la prohibición que figura en la letra a del apartado 1 del artículo 10. Sin perjuicio de legislaciones autonómicas más estrictas, el corte de la cola sólo se realizará en cachorros de las razas cazadoras o de sus cruces, y en los casos en que por su aptitud y por su actividad puedan sufrir lesiones en la misma y nunca por razones exclusivamente estéticas. Dicha intervención deberá realizarse con objeto de evitar futuros daños en el animal, exclusivamente por un veterinario colegiado, y bajo condiciones de esterilidad y bajo el paciente anestesiado y «analgesiado». El Consejo General de Colegios de Veterinarios de España de acuerdo con los estándares reconocidos por la Federación Canina Internacional informará de las razas que por su conformación anatómica y aptitud requieran de esa amputación juvenil». Firmada por GP y GERC.
La «moción» presentada por Unidos Podemos, a propuesta de la APDDA (Asociación de Parlamentarios para la Defensa de los Derechos de los Animales), iba acompañada de un informe técnico veterinario sobre las amputaciones, basado en una amplia revisión bibliográfica que fue redactado desde nuestra asociación, AVATMA.
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¿Qué opina sobre las mutilaciones la profesión veterinaria?
Desde el mundo de la caza se dice que los veterinarios deben tener un papel activo importante en la difusión de la información correcta y en la asunción de posiciones veraces sobre el tema que nos ocupa, en el de las mutilaciones, y en este caso, en concreto, cuando se trata de caudectomías. Estamos de acuerdo:
Ahí están, documentadas, las recomendaciones de miles de veterinarios, los que forman la Federation of Veterinarians of Europe (Federación de Veterinarios Europeos), órgano consultivo de la Unión Europea, a la que pertenece el Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, o las de los 55.000 miembros de la World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) en la que está enmarcada la asociación más antigua e importante de España de clínicos especialistas en animales de compañía, AVEPA (Asociación de Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales), con sede en Barcelona. La primera, la FVE, se manifestó en contra de cualquier tipo de cirugía que se realice con fines no curativos o de diagnóstico, entre ellas el corte de cola, y la segunda la WSAVA, considera que el corte de cola es una intervención quirúrgica innecesaria y contraria al bienestar animal.
La British Veterinary Association (BVA) y la British Small Animal Veterinary Association, también se mostraron contrarias a una modificación de la ley que el gobierno escocés pretendía introducir en su normativa con el objeto de autorizar el corte de colas en los retriever y en los perros de aguas.
Existe un estudio hecho en Gran Bretaña, y publicado en una importante revista científica, Veterinary Record, sobre una muestra de 138.212 perros, en el que se demostraba que sólo el 0,23% de ellos tuvieron algún problema en su cola. De ese 0,23%, sólo el 17% se debieron a lesiones que se produjeron los perros en el exterior y sin embargo el 14% se produjeron por quedar atrapadas en puertas. Resulta especialmente llamativo que este estudio demuestra que los perros que tienen mayor ángulo de meneo de las mismas y aquellos que vivían en jaulas eran los que más alto porcentaje de lesiones en la cola tenían. Este hecho resulta más que interesante para analizar cómo viven estos animales, que es sin duda una de las razones por la que el sector de la caza defienda estas mutilaciones. Es decir, no es la actividad, ni su funcionalidad, sino el sistema de explotación, el que marca sus consideraciones.
Del mismo parecer es la American Veterinary Medical Association (AVMA), que publicaba una revisión bibliográfica en el año 2013, en la que, entre otras cosas, decía que la incidencia de patologías derivadas de la no amputación de colas era irrelevante en las razas en las que tradicionalmente se hacía, y oscilaría entre el 0,21%-0,39%. En razas como el Cocker spaniel inglés oscilaría entre el 0,37%-0,45%. Curiosamente, la incidencia sería más alta en razas de caza en las que no se mutila la cola, como Whippets y Galgos, con un 1,22%. Otros perros de trabajo en los que esta práctica no se realiza como el Border collie y Rough collie presentarían raramente problemas en su cola, 0,08% de ellos. Estudios más recientes indicarían que habría que amputar 500 colas para tener un perro con patologías relacionadas con la no mutilación.
AVATMA está de acuerdo con todas ellas.
El presidente del colegio de veterinarios de Cádiz, órgano colegial que tiene una cátedra de bienestar animal, que forma parte del Consejo Andaluz de Protección Animal, y que es vocal del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, Federico Villaplana, apuntaba en un medio de prensa (El Español. 09/03/2017): «el perro tiene un rabo y lo tiene por algo, para estabilizarse en la carrera y para comunicarse», y añadía: «entiendo que actualmente la sociedad opina que se deben eliminar las mutilaciones y ese debe el camino», «la caudectomía no es necesaria, hay mucha gente que por costumbre, más que por necesidad médica, ha hecho que el estandar que tenemos de muchas razas sea con el rabo cortado, pero esos perros, los setter o los dóberman nacen con un rabo largo y unas orejas grandes».
Por si esto no fuera suficiente, en una consulta realizada en un foro veterinario formado por más de 2800 profesionales de la sanidad y del bienestar animal, la mayoría clínicos especialistas en animales de compañía, realizada el pasado día 9 de marzo, sobre las patologías diagnosticadas en perros de caza a consecuencia de la «no amputación» de sus colas, una mayoría de los que opinaron puso en evidencia que son muy pocos los casos diagnosticados en sus centros, aunque resulte evidente que en la actualidad, y con las normativas autonómicas que tenemos, muchos de los perros que cazan lo hacen con las colas amputadas. La mayoría de ellos refieren, en estos perros, problemas por peleas entre ellos, desgarros en otras zonas de sus cuerpos como consecuencia de la actividad y especialmente patologías derivadas de esas caudectomías, como dehiscencia de suturas, infecciones, hiperestesias en la zona, huesos expuestos, necrosis…
Además, en razas de caza como el pointer y el setter, tampoco se ven patologías relacionadas con la longitud de sus colas, que sí se dan en galgos, que según su estandar racial no deben sufrir este tipo de mutilación, con independencia de las características de los terrenos en los que realizan esta actividad. ¿No sería adecuado para esta raza la amputación de sus colas? ¿No sería bueno para su bienestar? Es evidente que sin cola, los galgos no podrían cazar de forma adecuada, por eso no se hace. Una demostración más de que no es la funcionalidad la que marca la posición del mundo de la caza. También resulta curioso que en algunas rehalas existan ejemplares de raza o mestizos en los que las colas pueden estar o no íntegras, y no existen diferencias en cuanto a las morfologías de las mismas en unos y otros ejemplares, es decir, estarían todos expuestos al mismo tipo de lesiones. Podemos decir, por tanto, que a nivel profesional, ese problema que se refiere, y por el que se quiere mantener la «reserva» en cuanto al Convenio Europeo, podría venir derivado, en caso de darse en estos animales, por otro tipo de cuestiones que no tienen que ver con la propia actividad cinegética, sino con su vida en cautividad dentro de jaulas o atados a cadenas, y con los métodos de transporte que se utilizan con ellos.
Estos profesionales de la veterinaria, que de forma mayoritaria se manifiestan contrarios a cualquier tipo de amputación, consideran que se trata de algo puramente estético, relacionado con la preservación de cierta homogeneidad morfológica en estos grupos de perros, sean de raza o mestizajes (las colas en forma de anillo, de hoz, de espiral, enroscadas o enrolladas, «no gustan», «no son estéticamente vistosas»), o para evitar, en caso de grandes grupos (rehalas), problemas derivados de su hacinamiento y modo de vida. Más concretamente se podría deber a patologías derivadas del comportamiento que se dan en estos perros, como esterotipias (conductas anormales y repetitivas) derivadas del aburrimiento y del confinamiento en las épocas en que no hay actividad para ellos, como perseguirse o mordisquearse las colas, o para evitar puntos de sujeción de la mordida cuando, debido a la jerarquización y mala socialización, se pelean unos con otros, e incluso para evitar lesiones derivadas de la manera de ser transportados cuando van a exposiciones, o las monterías, hacinados en remolques. Aquí el problema no es el perro del cazador, sino de los perros que cazan en manada, las rehalas. Son sus propietarios los que pretenden este tipo de amputaciones, pero por su propio beneficio, y no el de sus animales y su bienestar.
En resumen, si el mundo de la caza hace un llamamiento a que los veterinarios se manifiesten sobre las amputaciones, la respuesta es no a las mismas de forma categórica: Federación de Veterinarios de Europa, Asociación Mundial Veterinaria de Pequeños Animales, Asociación Veterinaria Británica, Asociación Veterinaria Británica de Animal de Compañía. AVATMA, y una importante mayoría de veterinarios especialistas en animales de compañía, que desde hace muchos años no se ofrecen para realizar este tipo de cirugías (con las excepciones que conocemos dentro del sector), y que además refieren que las patologías relacionadas con la no amputación de colas son escasas en sus centros y que pueden ser más las relacionadas con prácticas inadecuadamente realizadas.
Lo que dice el mundo de la caza y lo que les contestamos desde AVATMA
Desde el mundo de la caza se dice que se dan argumentos científicos (informe Contera), pero no los hay en el documento mencionado. En realidad tratan de explicar las caudectomías por la necesidad de aplicar a los perros especializados y a sus cruces, «las facetas no adaptativas a las funciones que requieren». Es evidente que la adaptación de los perros de caza a la labor que desempeñan no les ha llevado a nacer sin colas. Ha sido la naturaleza, el proceso de domesticación y de la selección genética llevada a cabo por el ser humano, lo que les ha dotado de unos tipos de colas y de unos determinados tipos de orejas (erectas o caídas; más grandes o más pequeñas) que ellos deciden amputar o mutilar por cuestiones de tradición, del costumbrismo, de estética, o del modo de vida que les dan. No podemos olvidar que el lobo, el ancestro común de todos ellos, tiene las orejas erguidas y largas colas, y también caza. Fue el ser humano el que determinó que los perros, algunos, tuvieran las orejas caídas, pensando, dicen, que disminuyendo el sentido del oído podría aumentar el del olfato, indispensable en las labores de las que hablamos.
Es evidente que desde el sector de la caza no tienen argumentos científicos para defender esa posición, y el informe Contera, que ellos utilizan, lo pone en evidencia.
Es de todo punto absurdo argumentar que se trata de «evitar una lesión peor en caso de accidente». ¿Es moralmente aceptable mutilar miles de perros porque quizás, algún día, algunos de ellos, muy pocos, pueden sufrir una lesión por tener íntegra la cola? ¿Es ésta una buena justificación para este tipo de prácticas? Es evidente que no.
Es hora de atajar esta problemática, y por tanto se hace necesario un estricto control por parte de las autoridades sobre estos perros y sus responsables, y en caso de que detecten incumplimientos e infracciones de las leyes de protección animal, que sin duda se dan, denunciarlo.
Posteriormente, tras la ratificación del Convenio de Europa, que España debe suscribir ya, sin reservas, después de 30 años de su promulgación, el control se haría mucho más sencillo, ya que no habría territorios en los que estuviera autorizada este tipo de mutilación. Se trataría, sencillamente, de solicitar los certificados veterinarios que justifiquen esas disminuciones en el tamaño de colas. Dicha certificación deberia adjuntar la foto del estado de la cola del perro antes de ser amputada, lo que determinaría la razón estrictamente clínica por la que se hizo, por ejemplo una fractura o un aplastamiento. Se podrán dar casos aislados en los que podría ser justificada, pero qué dirían si en una rehala de 100 perros, 80 están con las colas mutiladas y justificadas por certificados veterinarios. Es evidente que hay veterinarios, algunos, pocos, que se prestan a firmar esos documentos sin haber realizado ese acto quirúrgico, que dejan en manos de los responsables de estos animales, los cazadores (lo dice Fidel Astudillo, presidente del colegio de veterinarios de Huelva). El año pasado el SEPRONA puso en marcha en Andalucía la «Operación Ears», con la detención de varios propietarios de rehala que habían amputado orejas y colas en un buen número de perros, que presentaron certificados veterinarios para justificarlas. ¿Cómo vamos a pretender que este tipo de prácticas se hagan bajo un estricto control veterinario si las lesiones de mayor gravedad, provocadas en accidentes de caza, como son las evisceraciones, las intentan solucionar ellos mismos, los cazadores? Pretender que ahora este tipo de mutilaciones, que por tradición y por economía, siempre han hecho los criadores o los responsables de las rehalas, las hagan los veterinarios, es desviar el punto de mira. La única manera de controlarlas es prohibirlas en su totalidad sin ningún tipo de matiz o excepción. Hay un dato evidente y es que estas caudectomías, quizás hasta en el 70% de los casos, según opinión de algunos veterinarios, no son realizadas por nosotros y así seguiría siendo, incluso, si se hubiera mantenido para su votación la transaccional de ERC.
¿Por qué la «transaccional» que presentaba ERC junto con el PP iba a empeorar la situación? ¿Por qué la empeoraría la «reserva» del PP?
Entendemos que la intención de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) era buena, pero no iba a solucionar el problema, sino que lo podría agravar. Esta situación sólo se soluciona unificando las normativas autonómicas al respecto y que todas prohíban este tipo de mutilaciones, todas las que puedan darse, «por estética», «por preservación de determinadas tipologías raciales», «para darles la presentación habitual», «según las características de su raza», «por exigencia funcional», o «por ventajas de tipo fisiológico y/o de manejo», excepciones que sólo sirven para que se sigan produciendo y justificando.
La ratificación de forma íntegra, sin ningún tipo de reserva de este Convenio Europeo, debe servir para eso, al tratarse de una Ley de rango superior, que pondría a todas ellas, a las diferentes leyes de protección animal, de acuerdo. De hecho, la existencia de algún tipo de «reserva», como la que propone el PP, puede suponer un paso atrás en aquellas normativas autonómicas más evolucionadas, y en las que podrían serlo a través de los respectivos proyectos que se están elaborando y que serán aprobados en breve.
Este tipo de mutilaciones no se pueden justificar desde el mundo de la caza por la tradición, ni en favor de un bienestar animal mal entendido. No se puede y no se debe, restar capacidades de comunicación en estos perros.
«Su cola es un «órgano» de gran expresividad para ellos, fundamental para una buena convivencia con los individuos, no sólo de su misma especie, sino con los seres humanos en general y con sus responsables en particular. Los perros hablan a través de su movilidad, la de su cuerpo, la de sus orejas, la de sus colas, la de sus expresiones faciales y nos expresan de esa manera sus emociones, su bienestar y su malestar. Estamos hablando, además, de un gran número de perros, de manadas en las que conviven muchos individuos y que necesitan aún más esta capacidad de comunicación entre ellos».
El mundo de la caza nos dice que es inadmisible que se pida para los perros de rehala y de caza el mismo trato que para los «perritos» de compañía, algo que consideran injusto e inexplicable. Deben creer que el bienestar animal tiene diversos grados o categorías según la función que desempeñen unos u otros cánidos. Tampoco debería tener este bienestar diferencias según la comunidad autónoma o el país en el que vivan estos perros, porque sus necesidades son las mismas.
Ya se explicaba en el informe veterinario que acompañaba la moción de Unidos Podemos, que fue utilizado para defender la ratificación íntegra del Convenio Europeo, lo poco adecuado que resulta este tipo de práctica para los perros que la sufren, y la inexistencia de ventajas, como ha quedado evidenciado por las opiniones de muchos veterinarios clínicos y de las organizaciones mencionadas.
La excepción que se quería hacer en cuanto a la tolerancia por la mutilación de colas en determinadas razas, realizada por profesionales, habría sido un «coladero» para las amputaciones. ¿Cómo podrían saber los veterinarios, en el hipotético caso que se ofrecieran a hacerlas, si esos perros a los que deberían mutilar, serán utilizados en el futuro para la caza? El responsable del animal pediría la amputación justificándola para ese uso. ¿Cuántos Cocker Spaniel Inglés, por poner el ejemplo de una raza suficientemente conocida, pasarían por las clínicas veterinarias en etapa juvenil para proceder a la eliminación de sus colas, cuando en realidad luego serían animales de compañía que nunca cazarán? ¿Bastaría con presentar la licencia de caza, como se ha propuesto, cuando un cazador se presente con 8 cachorros de pocos días y diga que todos ellos serán cazadores? Resultaría de todo punto imposible seguir posteriormente la trazabilidad de esos perros. Y podemos hacer la generalización a otras razas por meras cuestiones estéticas porque hay gente que los prefiere sin cola aunque ya sea algo habitual verlos con ella.
¿Qué dicen sobre las mutilaciones las leyes de protección animal a nivel autonómico?
En lo que respecta a las leyes de protección de las comunidades autónomas, podría parecer que en prácticamente todas está prohibido, pero no es así. En las únicas en que realmente existe tal prohibición, sin excepciones, son: Madrid (1), Andalucía (2), Cataluña (3), Aragón (4), Comunidad Valenciana (5), y Galicia (6).
Desgraciadamente, las contradicciones llegan hasta a la misma Junta de Andalucía que decía, según un medio de comunicación del mundo de la caza, que las amputaciones en perros de rehala son legales en esa autonomía, aunque posteriormente fue desmentido. Al parecer la Junta no hizo esta declaración:
«La Junta de Andalucía, concretamente la Consejería de Gobernación, se pronunció en este mismo sentido dando respuesta a una consulta realizada por la Asociación Española de Rehalas (AER) señalando que, “las intervenciones practicadas tradicionalmente a los perros de rehala en orejas y rabos se encuentran plenamente justificadas por razones higiénico-sanitarias y de seguridad, por lo que constituyen actuaciones permitidas, que en definitiva vienen a fomentar la defensa y protección de estos animales, idea que preside la norma autonómica” (cuando alude a la “norma autonómica” hace referencia a la Ley 11/2003, de 24 de noviembre, de Protección de los Animales en la Comunidad Autónoma de Andalucía)».
Otra razón de peso más para que no haya excepciones de ningún tipo y mucho menos por la utilidad que se les dé a esos perros.
En todas ellas dice expresamente que se prohíben. En el resto pasa esto:
–Baleares (7): Se prohíben excepto las controladas por el veterinario en caso de necesidad o para darles la presentación habitual de la raza.
–Navarra (8) y Murcia (9): Se prohíben salvo exigencia funcional. Ambas comunidades están elaborando nuevas leyes.
–Canarias (10): Se prohíben pero se permiten para mantener las características de la raza.
–Cantabria (11), Castilla La Mancha (12), Castilla y León (13), Extremadura (14), Euskadi (15) y La Rioja (16): Se prohíben pero se permiten para mantener las características de la raza, o las que correspondan a ventajas de tipo fisiológico y/o manejo.
-Principado de Asturias (17): se prohibe el maltrato animal, no hablan de mutilaciones
–Ceuta y Melilla (18) : sólo apuntan que se prohíbe el maltrato.
¿Qué pasa en Europa?
Bélgica admite el corte de colas; República Checa: se admite el corte de colas; Dinamarca: sólo admite la excepción del corte de cola en 5 razas, pero parece evidente que en breve se prohibirá también; Francia: sigue permitiendo el corte de colas; Alemania: se permite en algunas razas de caza, pero deben pasar un test previo. Países como Polonia, Malta, Hungría, Estonia no han firmado el convenio pero prohíben las caudectomías. Otros, como Holanda, que lo firmaron pero no lo ratificaron, también las prohíben.
Desde AVATMA deseamos que prime la coherencia y la «con ciencia» y que todos los grupos parlamentarios aprueben la «enmienda» presentada por Unidos Podemos, es decir, la ratificación íntegra del Convenio Europeo para la protección de los animales de compañía.
José Enrique Zaldívar Laguía. Presidente
Virginia Iniesta Orozco. Vicepresidenta.
Lina Sáez de Antoni. Secretaria.
Informe elaborado por AVATMA. Asociación formada por 440 veterinarios.
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