Pseudociencia taurina

`Los toros sienten bienestar mientras son lidiados. La meta del toro es acometer y le produce cierta recompensa en el cerebro. El toro se motiva al embestir y pelear y alcanza su meta durante la lidia gracias a la dopamina. El toro de lidia es una verdadera máquina de combatir. Los toros se enfadan cuando se les quita la muleta de la cara. El toro pasa por situaciones placenteras que le hacen perseguir el engaño y pelear´.

`Casi el 100 % de los toros consiguen bloquear el dolor cuando llegan a la muleta. Los toros tienen un mecanismo especial por el que han sido seleccionados desde hace tres siglos y gracias a ese mecanismo pueden superar el dolor. Estas hormonas narcotizan al toro de tal manera que, además de no sentir dolor, le hacen sentir euforia y sensación de bienestar.´

Hace unos días me llegó el enlace de un vídeo, que se puede ver en el canal de YouTube de unos aficionados al maltrato animal legalizado, que se hacen llamar “Pureza y Emoción”. Se trata de una entrevista a un veterinario, al que se presenta como un gran conocedor de estos animales, y el que más sabe sobre ellos, según el entrevistador. El desglose de los temas que se tratan durante la grabación está en la misma página del canal de vídeos:

01:17 ¿Por qué no sufre el toro? 05:00 Mecanismos del toro para contrarrestar el dolor 09:28 ¿Bloquea el dolor desde que va al caballo? 11:25 ¿Podemos decir que la bravura es innata? 13:20 Además de la bravura, ¿qué otras cosas influyen en que un toro embista? 16:48 Pruebas de estrés: estudio del comportamiento en el campo y posteriormente en la plaza. 21:40 ¿Se debe a la dopamina el que los toros cinqueños midan más? 22:40 ¿Hay algo más que influya en el toro a nivel fisiológico durante su lidia? La adrenalina. 24:05 Con todo esto, durante el herradero, ¿sienten dolor los animales? 25:51 Mitos sobre el tercio de varas: descongestión del toro, humillación, temple… 35:25 Si fueses ganadero, ¿para ti la suerte de varas sería determinante? 36:40 Todos los que sois especialistas o conocedores de la suerte de varas, coincidís en que hay que reducir la puya. 40:00 ¿Es un mito que la humillación se deba a picar bien al toro? 45:00 Entonces, durante el primer tercio, ¿crecerse en el castigo tiene sentido? 46:00 Atemperamiento del toro. 52:00 El tipo y hechuras. Toro grande y su influencia en la lidia así como el porcentaje de rendimiento en las embestidas 55:45 Segundo tercio. ¿Un tercio de recuperación? 58:08 El beneficio de andarle hacia atrás a los toros. 1:00:58 Por tanto, ¿no fatigaría más la musculatura del toro el hacerle correr hacia atrás? 1:02:35 Más curiosidades observadas toro en el campo y en la plaza 1:08:24 ¿Cómo ve el toro? 1:10:00 ¿El toro ve el color de la muleta? 1:12:34 Otra curiosidad. ¿Cómo se comportan los becerros ante los depredadores? 1:17:00 ¿Cómo se puede poner en valor todo esto que nos has contado?

Al final, el entrevistador se queda sorprendido de lo mucho que ha aprendido del entrevistado y apunta que, cuando hablan de antitaurinos, hablan de ignorancia total, dicho también con todos los respetos (sic).

No merece la pena intentar dejar comentarios en el canal de YouTube en el que se ha editado el vídeo, porque los borran. Puse algunas opiniones sobre lo que había visto y oído y fue en vano. La censura como respuesta. Que sigan con su ignorancia aprendida y alimentada desde la pseudociencia, dicho también con todos los respetos.

No voy a desarrollar contestaciones para todas las respuestas del entrevistado, que hace uso de la ciencia y también de su imaginación, según le viene y le conviene, porque desde AVATMA ya hemos cuestionado este tipo de información pseudocientífica, en muchos trabajos de revisión bibliográfica, para combatir las grandes falacias que desde este tipo de tribunas justifican lo injustificable. Información pseudocientífica que se ha visto alimentada en los últimos años por tres tesis doctorales que fueron aprobadas por los tribunales correspondientes y que estuvieron dirigidas desde la Cátedra de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid:

`Concentración de hormonas opiáceas y su relación con la respuesta al dolor en el toro de lidia´. Luis Alberto Centenera Rozas. 2014.

`Influencia de los niveles de serotonina, dopamina y testosterona, en el comportamiento agresivo-combativo en el toro de lidia (Bos Taurus L)´. Francisco Javier Jiménez Blanco. 2014. Dialnet.

`Variables neuroendocrinas y su relación con el comportamiento durante la lidia del toro bravo (Bos Taurus, L)´. Fernando Gil Cabrera. 2012

En las tres se da la circunstancia de que el director fue Juan Carlos Illera del Portal.

Hace tiempo coincidí con el entrevistado, JFS, en Canal Plus Toros y debatimos sobre algunas de las cuestiones que recoge el vídeo. Digamos que algunas de sus apreciaciones son ciertas, pero no son demasiadas. En aquellos aspectos en los que se refiere a las respuestas neuroendocrinas que la lidia (el maltrato) provoca en los toros, la verdad brilla por su ausencia. De ser ciertos los resultados obtenidos, en cuanto a las determinaciones hormonales a las que hace alusión, las conclusiones que extrae pretenden llevarnos a consideraciones equivocadas. Reconozco que este tipo de hipótesis han tenido cierto éxito en el mundo que rodea a la tauromaquia, que las introdujo rápidamente en su argumentario para justificarse. En realidad, se trata de un análisis absolutamente parcial de la funcionalidad del sistema nervioso y endocrino y de sus respuestas ante situaciones como las que padecen los toros antes y durante su lidia, y en las que tienen que responder ante los numerosos estímulos negativos que se les presentan.

Ya se ha dicho en numerosas ocasiones: de ser cierto todo lo que nos cuentan, el toro de lidia sería un animal extraordinario que merecería mucha más atención de la que tiene (escasa) y estos estudios merecerían un sinfín de premios y numerosas publicaciones en las más afamadas revistas de carácter científico, cosa que nunca ha ocurrido. No es, como nos dicen, por el nulo interés que tienen sus editores sobre un asunto tan controvertido sino por lo inexacto del contenido de estos trabajos.

Digamos que se trata de un animal criado con la única justificación de ser maltratado por el ser humano en las diversas modalidades de espectáculos taurinos que, en la mayoría de las ocasiones, provocan su muerte. No hay ningún otro animal cuyo fin productivo sea ese.

Es bueno recordar algún estudio que publicó hace años el mencionado veterinario sobre la suerte de varas y los daños que provoca, que tuvo muchas críticas por parte del mundo del toro y que en parte, por lo que dice ahora, se le han olvidado.

Durante la entrevista podemos oír las siguientes afirmaciones:

JFS: `El sufrimiento es el dolor pasado por la humanidad. Los animales no nos hablan, no nos cuentan lo que les pasa y entonces no se puede negar ni afirmar que los animales sufran´

Respuesta: Agradezco que, por lo menos, quepa la duda, pero la evidencia científica, desde hace muchos años, dice que los animales sufren. Otra cosa será cómo procesan ese sufrimiento a nivel psicológico, porque a nivel físico, es evidente que lo hacen como nosotros. De hecho, sus respuestas neuroendocrinas ante estímulos que pueden provocar lo que conocemos y reconocemos como sufrimiento, son las mismas. Podemos decir que los animales no nos hablan, no nos dicen cómo se encuentran, aunque vocalicen, que es una manera de expresarse y de comunicarse entre ellos. Lo hacen de numerosas formas que son estudiadas y analizadas por una ciencia que estudia el comportamiento y que se denomina etología. Desgraciadamente, los bóvidos, todos, no son animales que permitan identificar demasiadas manifestaciones en su comportamiento, que nos faciliten una lectura o interpretación aproximada de cómo se sienten. Quizás esté íntimamente ligado a su ubicación dentro del reino animal en cuanto a especie susceptible de ser depredada y su necesidad de ocultar sus debilidades para sobrevivir.

Esto lo resumió muy bien el matatoros de nombre Alejandro Talavante: «El toro es un toro. El toro es… un toro, y amigo no puede ser… porque no habla, y… enemigo tampoco porque tampoco habla»

J.F.S: `El toro de lidia es la raza más antigua del mundo. El toro de lidia es una verdadera máquina de combatir. El toro bravo tiene el mismo origen que el ganado autóctono español y fue su adaptación al dolor (la suerte de varas) lo que separó el ganado manso del bravo y dio lugar a esta raza´.

`En la Edad Media fueron los carniceros los que elegían los toros para los festejos, que procedían de rebaños cuyos animales podían utilizarse para carne, para labor o para lidia. Según las reacciones que tuviesen ante el uso de la garrocha (el instrumento que se usaba para su manejo) se establecía su destino o aprovechamiento. Si se enfrentaban a ella embistiendo y revolviéndose, eran utilizados en los espectáculos. Así fue como los carniceros fueron seleccionando a los animales, a los más broncos, a los más rebeldes. En el siglo XVIII es cuando en las ganaderías comienza la selección con las tientas a campo abierto y en pequeñas plazas, en base a su capacidad de superar el dolor´.

Respuesta: Lecturas: página del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y Centro Etnográfico del toro de lidia (Junta de Castilla y León). Podemos decir que se trata de una raza que se ha ido seleccionando en base a caracteres de comportamiento, muy alejada por tanto de las aptitudes productivas que rigen, en general, la selección de cualquier otro animal doméstico. Se trata de un “mil leches” bovino fruto de los numerosos cruces que se han hecho (castas y encastes), y de ahí las diferencias morfológicas entre unos y otros, lo que en términos taurinos se llama “trapío”. En realidad, esta raza de vacuno mereció la atención del Estado hace muy pocos años, exactamente en 2001, cuando se promulgó un Real Decreto que hacía referencia a ella como “prototipo racial de la raza bovina de lidia”. Esta especial atención fue provocada por las presiones del sector. Sobre el origen de ese tipo de selección ganadera, es cierto lo que nos dice, pero olvida decirnos que fue el alto valor económico que tenían esos animales (los broncos) lo que llevó a los ganaderos a dedicarse a su crianza.

J.F.S: `Sienten bienestar mientras son lidiados. La meta del toro es acometer y le produce cierta recompensa en el cerebro. El toro se motiva al embestir y pelear y alcanza su meta durante la lidia gracias a la dopamina. La dopamina se asocia con la motivación ligada al éxito. Las personas inseguras y cobardes tienen niveles bajos de esta hormona, y las valientes y emprendedoras, tienen mayores niveles. La dopamina, en el toro de lidia, le da recompensa y placer en el cerebro y eso le motiva para embestir más. La dopamina hace que determinadas personas tengan afinidad por los deportes de riesgo, y que sean más extrovertidas y seguras. La dopamina también se relaciona con el efecto Romeo y Julieta: cuando a una persona no se la deja querer a otra, los sentimientos se intensifican y se la quiere más. Esto se debe a que se produce más dopamina. Su producción disminuye con la edad por lo que los toros añojos (un año) y los erales (dos años) embisten más que los de más edad. La falta de bravura en algunos toros es solo falta de dopamina. Los que tienen niveles bajos, se rajan antes y duran poco durante su lidia. La dopamina también bloquea el dolor e interviene en lo que se llama “circuito de recompensa” en el cerebro. El toro pasa por situaciones placenteras que le hacen perseguir el engaño y pelear.

Respuesta: Y luego somos los que trabajamos contra el maltrato animal en general y contra la tauromaquia en particular, los que hemos sido abducidos por el mundo de Disney. Estas afirmaciones no dejan de causarnos sorpresa y por qué no decirlo, cierta hilaridad, y demuestran, como comentaba, la interpretación parcial que se hace de las diferentes razones por las que los seres vivos, por medio de su sistema neuroendocrino, descargan/inhiben la producción de determinadas hormonas. Interpretación parcial para justificar y dulcificar el padecimiento de estos animales.

Además, esta interpretación sobre los efectos de la dopamina, las razones por las que se produce en mayor o menor cantidad y sus consecuencias, entran en franca contradicción con lo que recoge la tesis doctoral de Jiménez Blanco que he mencionado anteriormente. Es complicado aunar criterios cuando la fuente del saber es la propia imaginación, aunque los portavoces de esa información sean, en ambos casos, veterinarios que defienden la tauromaquia.

¿Qué sabe la ciencia en la actualidad sobre la dopamina? ¿Es cierto que determinados niveles de esta hormona se relacionan únicamente con respuestas que podríamos considerar positivas como nos quiere hacer creer el entrevistado?

Dice Merce Correa, en un artículo científico publicado en la revista Neuron: `Existe la creencia popular y también científica, de que la dopamina regula el placer y la recompensa, que cuando algo nos satisface liberamos dopamina, pero las últimas investigaciones demuestran que este neurotransmisor actúa de forma previa, es el que nos mueve a actuar, y se libera para conseguir algo, ya sea para evitar un mal o alcanzar un bien. La dopamina se libera tanto por sensaciones placenteras como por dolor y estrés. Está implicada tanto en lo positivo como en lo negativo, pero se han sesgado muchos las investigaciones para incidir solo en lo positivo´.

`La dopamina es uno de los neuromoduladores que actúa de forma más potente sobre los mecanismos subyacentes a los estados de miedo y ansiedad´.

`Parece demostrarse que la terminación de un estímulo aversivo puede actuar como una recompensa. De hecho, las neuronas que se inhiben de descargar dopamina cuando se provocan descargas eléctricas en patas de ratones (otras se activan), se excitan rápidamente cuando este estímulo se retira o está a punto de ser retirado. En estos casos, otras neuronas se excitan y descargan dopamina en grandes cantidades durante este tipo de estímulos negativos´.

`Sabemos que si a un organismo se le presenta un desafío, a menudo responde ejerciendo un mayor esfuerzo. Para un ratón, enfrentarse a un obstáculo, como una barrera en un laberinto, puede hacer que estos animales, haciendo un esfuerzo mayor, salten la barrera, para lo que necesitan la dopamina. Los términos “control motor” y “motivación” no son lo mismo. No es lo mismo “conducta instrumental” (la que nos permite relacionar o asociar una conducta con sus consecuencias), que “consumatoria” (la que nos lleva a completar una secuencia natural de conducta). No son lo mismo los aspectos de la activación motora que los direccionales de la motivación. Aunque el término “recompensa” tiene un significado como sinónimo de “reforzador”, no existe un significado científico consistente de “recompensa”. Cuando se usa para describir un proceso neuroconductual, se puede decir que el uso excesivo del término “recompensa” es una fuente tremenda de confusión´.

`Los centros nerviosos que se ocupan de la producción de dopamina no solo responden a estímulos positivos (“apetitivos”) sino que también lo hacen al estrés, la aversión y la hiperactivación. Aunque los primeros estudios en animales indicaron que las neuronas dopaminérgicas son inhibidas por estímulos aversivos, estudios más recientes demostraron que ambas respuestas, excitadoras e inhibidoras, de las neuronas de la dopamina, aparecen en condiciones nocivas y aversivas. Además, algunas neuronas de dopamina aumentan su tasa de activación después de una señal que predice un resultado aversivo. De acuerdo con la variabilidad en las respuestas de las neuronas de dopamina del mesencéfalo a los estímulos aversivos, los estudios en animales informaron tanto de disminuciones como de aumentos de dopamina´.

`En humanos se han demostrado cambios en la dopamina en respuesta a señales predictivas de dolor y de recompensa. La exposición a una confrontación agresiva es extremadamente negativa y estresante para muchas especies. Por ejemplo, la dopamina aumenta en ratas encerradas en una jaula con otra rata agresiva, pero no aumenta cuando las acompaña un compañero al que conoce y que le es familiar. También se presentan elevaciones de dopamina durante una confrontación agresiva. Las neuronas de dopamina del encéfalo son bien conocidas por sus fuertes respuestas a las recompensas y su papel en la motivación positiva. Sin embargo, cada vez está más claro que las neuronas de dopamina también transmiten señales relacionadas con experiencias importantes, pero no gratificantes (aversión y alerta). Por tanto, las neuronas de dopamina tienen distintos roles en el control motivacional y transmiten señales adicionales no gratificantes relacionadas con experiencias sorprendentes, novedosas, destacadas y aversivas. En realidad, estas neuronas codifican tanto eventos de recompensa como de no recompensa, produciendo dopamina. En muchos aspectos los eventos gratificantes y aversivos los tratamos de forma diferente o de maneras diferentes, lo que refleja un valor motivacional opuesto. Buscamos recompensas y las asignamos un valor positivo, mientras que evitamos eventos aversivos y los asignamos un valor negativo. En otros aspectos, tratamos los eventos gratificantes y aversivos de manera similar. Unos y otros, gratificantes y aversivos, desencadenan la orientación de la atención, el procesamiento cognitivo y el aumento de motivación general. Esta prominencia motivacional es alta tanto en eventos gratificantes como aversivos y baja en eventos motivacionalmente neutrales. En realidad, los estímulos nocivos estimulan o excitan algunas neuronas dopamina e inhiben otras. En realidad, las neuronas dopamina se dividen en múltiples poblaciones que responden ante distintas señales motivacionales. En ambas poblaciones, muchas neuronas son sensibles a las predicciones de recompensa y aversión; responden cuando los eventos gratificantes son más gratificantes de lo previsto y cuanto los eventos aversivos son más aversivos de lo previsto. Las señales de alerta que activan unas neuronas e inhiben otras, provocan respuestas más intensas cuando aparecen de forma inesperada y tienen una sincronización impredecible, y tienen la misma fuerza en las tareas gratificantes y en las aversivas en las que no hay recompensa´.

Espero que os haya quedado claro. ¿Hay algo especial en este tipo de respuesta hormonal del toro mientras le maltratan? No.

JFS: `Los niveles bajos de serotonina se asocian con mayor agresividad. Los inseguros y cobardes tienen niveles de serotonina bajos´.

En realidad, esto no es particular de esta raza bovina, sino de muchos mamíferos, incluido el ser humano.

JFS: ¡Es todo increíble, es impresionante! Frase muchas veces repetida durante la entrevista.

Respuesta: pues sí, la entrevista, las preguntas y las respuestas, resultan increíbles e impresionantes. Existen muchos artículos científicos sobre la serotonina y su vinculación con determinados comportamientos agresivos. Si estás interesado puedes hacer una búsqueda en internet.  En el imaginario popular, la serotonina también ha recibido la calificación de “hormona de la felicidad” e incluso los hay que vinculan esta sensación con la dopamina, la serotonina, las endorfinas y la oxitocina, un cóctel explosivo donde los haya. Seamos serios, por favor.

No todos los estudios realizados sobre este neurotransmisor, la serotonina, llegan a las mismas conclusiones. Los niveles de serotonina se asocian negativamente con la agresividad en varias especies, pero se relacionan positivamente con la actividad y la agresión en otros. Los polimorfismos en los genes transportadores de serotonina están relacionados con la agresividad, la ansiedad y la impulsividad. Además, en los mamíferos, la serotonina se relaciona con la regulación de los estados de ánimo, conducta social, alimentación, sueño, ansiedad, atención, ritmos circadianos, conducta sexual y la generación de patrones motores rítmicos como la locomoción, masticación y respiración.

La conducta agresiva y el establecimiento de dominancia social son regulados por la serotonina, desde los crustáceos hasta los primates. La expresión de la agresividad, que forma parte de muchas facetas de la conducta, está influenciada por una interacción compleja de variables biológicas, psicológicas y sociales. Aunque las diferencias individuales en la impulsividad y las consecuencias conductuales, como la agresión, son sustancialmente heredables, en última instancia resultan de una interacción entre variaciones genéticas y factores ambientales. La variabilidad determinada genéticamente en la expresión génica serotoninérgica, influye en rasgos complejos, incluido el de la conducta inapropiadamente agresiva. Los comportamientos agresivos en animales, por ejemplo la amenaza, el ataque y la defensa, están relacionados con los recursos, la competencia por las oportunidades de apareamiento o las luchas por la supervivencia.

En función del lugar en el que se produzca la serotonina, los efectos serán locales y rápidos o difusos y de larga duración.

Hay un factor importante que parece tener una enorme influencia en las respuestas agresivas y que podría explicar, en parte, el comportamiento del toro durante la lidia. El aislamiento da como resultado cambios dramáticos de comportamiento y fisiológicos en una amplia variedad de especies animales, desde insectos hasta el ser humano. Se habla entonces de motivación agresiva acumulada, mayor estrés y excitación e hiperactividad debido a una mayor sensibilidad a los estímulos ambientales, después de la privación sensorial por aislamiento. No olvidemos que, en aquellas plazas en las que hay chiqueros, los animales que van a ser lidiados pasan muchas horas en estos espacios en absoluta soledad separados de sus compañeros de «viaje». Podemos sumar a esta circunstancia la soledad del viaje desde la ganadería hasta el coso en que serán lidiados. Los individuos aislados son mucho más agresivos que los que se mantienen en grupos. Este aislamiento no requiere de periodos largos de tiempo.

La serotonina está asociada o implicada en la inhibición de la agresión. Una baja actividad serotoninérgica ha sido relacionada con un menor número e intensidad de conductas agresivas.

La relación entre el estrés y la agresividad está muy bien documentada. El incremento de la
actividad del eje hipotálamo-hipófisis-adrenales como consecuencia de un evento estresante
puede desencadenar agresividad y, a su vez, la estimulación del área del hipotálamo que
controla la agresividad desencadena una respuesta de estrés. Hay estudios que vinculan la disminución de los niveles de serotonina con la presencia de sensaciones dolorosas.

JFS: `No se puede afirmar ni negar que los animales sufren. Sí se puede afirmar que la mayoría de los toros de lidia, no todos, superan el dolor cuando se inicia la faena de muleta. Los toros tienen un mecanismo especial por el que han sido seleccionados desde hace tres siglos y gracias a ese mecanismo pueden superar el dolor; por eso, cuando un toro se enfrentaba a un depredador carnívoro, siempre ganaba el toro. Las fieras salvajes no tienen ese mecanismo especial para contrarrestar el dolor. Estas fieras huían cuando sentían el dolor provocado por los golpes o por cornadas del toro; en cambio, el toro, cuando recibía el zarpazo del tigre o del león, gracias a la selección particular que tiene, conseguía bloquear el dolor, superarlo, crecerse y siempre terminaba ganando´.

Respuesta: Me alegra saber que ya no son todos, sino casi todos, los toros que superan el dolor, pero este extraño mecanismo adaptativo no le vale al toro de lidia para enfrentarse al ser humano y salir victorioso de los cosos taurinos. Me alegra saber que las puyas y las banderillas les provocan dolor o por lo menos es lo que podemos interpretar de la frase: «Casi el 100 % de los toros consiguen bloquear el dolor cuando llegan a la muleta», porque hasta ahora nos querían hacer creer que tras el primer puyazo el «milagro endorfínico» se hacía evidente y estos animales no se enteraban de nada durante el resto de la lidia. A pesar de la matización, no me lo creo.

Fieras Vs Toros: Desconozco cuantas experiencias de este tipo tienen documentadas, y sí, efectivamente, leer este tipo de afirmaciones es increíble. En este enlace se habla del enfrentamiento de toros y felinos salvajes (tigres y leones) y del resultado de dichos “combates”. No parece que lo de la huida sea exacto y más cuando este tipo de enfrentamientos se producían dentro de una jaula. ¿Hacía dónde huían los leones y los tigres? Todo tiene su explicación. Parece ser que hay más animales capaces de ahuyentar (vídeo)a estas “fieras” y que «serían»capaces de bloquear el dolor de sus zarpazos. Podemos ampliar el catálogo con los veterinarios de animales de compañía cuando nos arañan algunos gatos e incluso nos muerden, cosa frecuente en nuestras consultas.

JFS: `Esto está demostrado científicamente: producción de betaendorfinas (endorfinas = morfina endógena) que tienen una acción mucho más potente que la morfina, unas veinte o treinta veces superior. Los bovinos, pero en particular el toro de lidia, tienen altísimas concentraciones de estas sustancias. Tanto es así que mientras estas hormonas se miden en la especie humana en nanogramos, en el toro de lidia se miden en picogramos, que son 1000 veces más (mayor) (sic). Estas hormonas narcotizan al toro de tal manera que, además de no sentir dolor, le hacen sentir euforia y sensación de bienestar. Son hormonas que también se producen por sugestión. Hay toros que solo manifiestan dolor en el momento previo a su muerte. No están seleccionados para superar la estocada, pero sí el dolor de las puyas y la incomodidad de las banderillas´.

Respuesta: Desconozco qué niveles de betaendorfinas tendría un ser humano o cualquier otro animal si sufriera los daños que padece el toro a consecuencia de la lidia. Igual nos llevábamos una sorpresa y habría que utilizar también los picogramos para cuantificarlas. Ahora resulta que la lidia es como un fumadero de opio para el toro, que queda narcotizado. Sobre que los opiáceos endógenos tienen una acción más potente que la morfina (opiáceo sintético): Si la tienen, ¿por qué existen los analgésicos opiáceos, es decir, exógenos, en medicina y en veterinaria? De ser así, el problema de la adicción a determinadas drogas lo tendríamos solucionado. Sometemos a los adictos a una lidia y asunto solucionado. Ah, no perdón, que no somos toros. Disculpas por los chistes, pero… Siempre me he preguntado la razón por la que muchos toros cojean durante la lidia, si las pociones mágicas que producen les inhiben el dolor.

Sobre las propiedades alucinógenas y benefactoras que provocan en el toro de lidia los opiáceos endógenos, ya nos hemos pronunciado muchas veces. Esta interpretación partidista y parcial sobre la acción de las betaendorfinas y las razones por las que se producen, es científicamente inadmisible. Limitar la aparición de estas hormonas, en ingentes cantidades, según nos cuentan (tan ingentes que utilizan una unidad diferente para cuantificarlas que en el resto de las especies), solo como respuesta al dolor, es de una ignorancia supina, aunque creo que se trata de un ejercicio de desmemoria premeditada. Ya hemos documentado, hasta hoy, 16 causas, que hemos identificado, por las que estas hormonas se producirían en el toro durante su lidia (como ocurriría en cualquier otro animal que padeciera las mismas alteraciones), y todas ellas son negativas y nos indican el enorme sufrimiento al que son sometidos. No hay ninguna respuesta placentera en la producción de estas hormonas. Sufrimiento ante el que su sistema neuroendocrino responde produciendo opiáceos endógenos en un intento de paliar los graves daños que está padeciendo. Voy a recordarlas: estrés (1), hambre (2), sed (3), agotamiento físico (4), lesiones musculares (5), acidosis metabólica (6), hemorragias (7), hipoxia (8), hiperglucemia (9), dolor (10), inmunosupresión (11), heridas (12), traumatismos (13), deshidratación (14), disminución del volumen sanguíneo (15), miedo (16). La evidencia científica que aporta estos datos no es más que una: a mayor sufrimiento mayor producción de opiáceos endógenos y si no lo quieren llamar sufrimiento, que lo llamen como quieran.

JFS: `Los aficionados no somos unos bárbaros. El toro tiene una muerte digna. Las betaendorfinas ayudan a bloquear el estrés y a reducirlo, y por eso los toros tienen muy poco estrés al final de la lidia. Sus niveles de cortisol al morir son menores que los medidos en bovinos sacrificados en el matadero.

Respuesta: Dejemos a un lado las cuestiones metafísicas sobre lo que son o dejan de ser los aficionados a los toros. Lo que si me parece imprescindible es que todos sepan y conozcan las consecuencias que tiene su afición para estos animales y que no crean estas hipótesis que quizás les tranquilizan. ¿Muerte digna? ¿Atravesados por un estoque que les hace ahogarse en su propia sangre? ¿Muerte digna es que te seccionen la médula espinal con el verduguillo? ¿Muerte digna es que te destrocen el bulbo raquídeo con un cuchillo? Y todo ello después de haber alterado toda tu fisiología llevándote al agotamiento. ¿De qué habla?

¿Poco estrés? Sobre esta apreciación pseudocientífica también nos hemos pronunciado en numerosas ocasiones y en nuestra página web hay documentos y vídeos sobre este asunto. Tan solo repetir algo que es evidente y sobre lo que hay un pronunciamiento unánime por parte del mundo de la ciencia: ninguna determinación de cortisol (hormona implicada en la respuesta al estrés) es válida cuando se realiza en animales o humanos que tienen algún tipo de lesión en alguna estructura de su sistema nervioso central. Resulta evidente que cuando un toro llega al desolladero de la plaza en la que fue lidiado y se le extrae la sangre para determinar sus niveles de cortisol, tiene su SNC lesionado. Hay mucha información sobre este asunto en numerosos artículos científicos, como la hay sobre el agotamiento en la capacidad de responder por parte de la corteza adrenal secretando cortisol, cuando se acumulan numerosos sucesos estresantes. No olvidemos que éstos acontecen en estos animales desde que salen de la ganadería hasta que mueren en la plaza. Nada raro hay, por tanto, en que, si es como lo cuentan, los niveles de cortisol disminuyan a lo largo de la lidia, lo que no tiene nada que ver con que ésta les estrese menos que otras situaciones por las que pasan, como el transporte o la salida al ruedo.

A modo de resumen, con respecto a las betaendorfinas, podemos decir que desde 1987 sabemos que `la respuesta hormonal es proporcional al trauma‘, y sabemos que, `la magnitud de las respuestas metabólicas, hormonales y hemodinámicas, son proporcionales a la intensidad de la lesión´.  

También sabemos, con respecto al cortisol, que: `la respuesta a estímulos nociceptivos requiere vías neuronales intactas´.

Y por último sabemos que: `los enfermos que se encuentran en estado crítico (y al toro, al final de su lidia, podemos considerarlo en esa situación clínica), presentan insuficiencia suprarrenal y bajos niveles de cortisol, no pudiendo responder adecuadamente ante el estrés que experimentan´.

JFS: `Hay animales, becerros de esta raza bovina, que bloquean totalmente el dolor en el herradero. Hay becerros, la mayoría, que no berrean mientras les marcan con fuego. Las hembras tienen un poco más de sensibilidad porque tienen la piel un poco más fina. Los hierros queman la epidermis. En cuanto termina el herradero, les das de comer y de beber y van derechos, como si nada´.

Respuesta: Por todos es conocido el lamentable estado en el salen algunos becerros de los herraderos. Por todos es conocido que se producen con relativa frecuencia algunas bajas como consecuencia de esta práctica. Es curioso que los becerros berreen cuando se les separa de sus madres y guarden este mutismo cuando se les inmoviliza para marcarles a fuego. Es curioso que sea precisamente el día del herrado y unas horas antes, cuando se les separa de sus madres. Es curioso que estos animales tan jóvenes berreen de forma intensa en las becerradas mientras se les maltrata y no lo hagan en esta situación. He estado mirando algunos vídeos de herraderos en varias ganaderías y llama la atención que en prácticamente ninguno haya sonido ambiente y las imágenes se acompañen de músicas variadas como en éste o en éste, en los que sí podemos ver a los becerros manifestar dolor cada vez que les aplican los hierros candentes o cuando se procede al lañado (cortes en las orejas). ¿Berrean o no berrean? La respuesta en este Vídeo. Te puedes ahorrar su visionado: ¡Sí!, berrean

JFS: `En el tercio de varas el toro pierde entre 2.5 y 3 litros de sangre, que es una hemorragia insignificante. Un toro de 500 kilos tiene 40 litros de sangre. Nosotros, cuando vamos a donar sangre, damos 450 ml, que es el 9% de nuestro volumen sanguíneo (una persona de 70 kg de peso tiene 5 litros de sangre). Los toros actuales se lesionan más que los de antes en el tercio de varas y la profundidad de las heridas es mayor. La puya penetra en zonas profundísimas, incluso en cavidad torácica (traspasando pleura primero y pulmón después). La razón es que se emplean más. Los toros que se rajaban tenían lesiones en la pleura o en el pulmón provocadas por la puya o las banderillas en forma de neumotórax. Las puyas solo cortan unos paquetes musculares y no hacen que el toro humille porque en la zona en la que se clavan no hay músculos que se ocupen de la flexión y la extensión del cuello. Ni siquiera picando en el centro del morrillo (cuello), se conseguiría la humillación. Lo que hace que estos animales humillen es la genética (anatomía) y la motivación. El toro actual es más bravo que nunca, está adaptado a la lidia mejor que nunca, pero se lesionan más que nunca en la suerte de varas (echa la culpa a la puya actual) porque se emplean mucho más. Los toros se autoinfligen (“autoinflingen” (sic)) más daño que antiguamente porque embisten con más intensidad. Lo que atempera al toro no es la pérdida de sangre ni los puyazos, sino el cansancio que le provoca la lucha con el caballo, al que hay que sumar el que le provoca el resto de la lidia.Cuando el toro humilla, flexiona las vías respiratorias. La lidia provoca fatiga muscular e insuficiencia respiratoria. Durante la lidia se genera mucho CO2, que es un tóxico para el organismo´.

Respuesta: Sobre la pérdida de sangre, solo en el tercio de varas, puede ser de hasta 7% de su volumen sanguíneo . ¿Y qué podemos decir sobre la comparación entre humanos (donación de sangre) y toros? Podemos decir que es absurda, principalmente por cómo se produce la pérdida de sangre en uno y otro caso. ¿Os imagináis que nos sacaran sangre a puyazos o embistiendo a la auxiliar que nos hace la extracción o que nos liemos a puñetazos con ella y con el resto del personal sanitario mientras tanto? Siento el tono jocoso, pero a estas alturas del «debate», no puedo evitarlo. En estas afirmaciones se evidencia lo que en muchas veces hemos documentado, aunque de traspasar pleura y pulmón a lesionar unos paquetes musculares, tenemos serios problemas de proporcionalidad de los daños. No se trata solo de que el toro se emplee más o menos, sino de los lugares en los que los picadores clavan las puyas y de cómo lo hagan (barrenado, sacacorchos, carioca). Lo que sabemos es que este instrumento cortante y punzante secciona y por tanto lesiona numerosos músculos, ligamentos, tendones, vasos sanguíneos, nervios, algunas estructuras óseas de vértebras torácicas, y costillas, escápulas y cartílagos de prolongación y, además, como se comenta, en algunas ocasiones puede afectar a pleura y pulmón, lo que sin duda provocará neumotórax en estos animales. También sabemos que la lucha con el caballo agota a estos animales, les provoca, como dice, una intensa insuficiencia respiratoria y la consiguiente hipoxia por acúmulo en su sangre y tejidos de CO2. Y no, no se autoinfligen esos daños, se les infligen. Hablemos con propiedad, porque ningún toro o novillo (en novilladas picadas) escapará de la puya, se ponga como se ponga. De hecho, en los festejos picados hay dos picadores en el ruedo, uno enfrente del otro, así que, la escapatoria es imposible.  

 JFS: `En el tercio de banderillas, al haber pausas, los toros se recuperan de la fatiga y se van oxigenando para llegar más estabilizados a la faena de muleta. Es cuando se produce el cambio hormonal. Aumenta un poco más la descarga de betaendorfinas´.

Respuesta: Es evidente que la descarga de betaendorfinas va aumentando conforme avanza la lidia. La razón es que los daños van siendo más y mayores. ¿Recuperación de la fatiga? La realidad es que el toro sale débil, aletargado y confuso del tercio de varas e incluso con algunas dificultades para desplazarse (afectación del plexo braquial), y provocarle más dolor con la colocación de los arpones de las banderillas en sus músculos (ya lesionados por los puyazos), les hace “avivarse”. Cuando provocamos dolor en una zona previamente lesionada, el dolor se intensifica y podemos decir que de alguna manera nos “despierta”. Lo del cambio hormonal es para enmarcarlo. Ya intentaron confundirnos en una de las tesis doctorales diciendo que habían medido las hormonas después de cada tercio de la lidia (varas, banderillas y muerte) gracias a la toma de muestras mediante unos sistemas de microchips que habían sido colocados en los toros y que se cargaban de sangre mediante un mando a distancia a voluntad del analista. Una vez muerto el animal, se recuperaban esos microchips y se obtenía la sangre que había recolectado cada uno de esos dispositivos para hacer los análisis pertinentes. Lo llamaron “estudio secuenciado de hormonas durante la lidia”. Ya pedimos en su momento que nos enseñaran esos sistemas de recolección de sangre y cómo se colocaron en los animales antes de su lidia, y denunciamos que, en la tesis mencionada, no se nombran en el apartado correspondiente (material y métodos). La callada por respuesta. Lo cierto es que, si se hizo así, no cambia nada en cuanto a nuestras conclusiones.

JFS: `La humillación produce un desgaste físico impresionante´.

Respuesta: Menuda novedad, pero ese desgaste no solo es provocado por la humillación, sino por la evidencia de que estos animales no están capacitados para soportar, ni tan siquiera, el ejercicio físico al que se les somete. ¡Son rumiantes, aunque digan que los entrenan! ¿Es posible que un animal regule sus esfuerzos y sus reservas energéticas como lo haría un deportista? No, no es posible, y sabemos, y se reconoce, que durante la lidia se agotan los depósitos de glucógeno e incluso se movilizan lípidos. Bastará con fijarse en cómo respiran después del tercio de varas y durante el resto de la lidia. Es una pena que esas mágicas respuestas neuroendocrinas no alcancen para la recuperación de la capacidad respiratoria. De hecho, sabemos que las betaendorfinas tienen un papel fundamental en empeorar la insuficiencia respiratoria. Por poner un ejemplo, documentado científicamente, la apnea en bebés está mediada por betaendorfinas y se revierte con un antagonista de los opiáceos endógenos, la naloxona. Recomendamos lecturas de artículos científicos sobre la relación entre la hipoxia (falta de oxígeno) y la producción de betaendorfinas.

JFS: `La amígdala, que tiene mayor desarrollo en el toro de lidia, regula la sociabilidad y el miedo. Les hace más sociables y sobre todo que tengan una comunicación mayor entre ellos, aunque sabemos que emiten muy pocos sonidos que más o menos sabemos lo que significan. Se comunican con posturas que ellos saben perfectamente lo que significan. También hace que establezcan unas jerarquías mucho más sofisticadas que el resto del bovino. Tienen una mayor capacidad de captar el miedo y de sobreponerse a él por una serie de mecanismos hormonales que todos conocemos. Además, el mayor tamaño de la amígdala (según Illera) hace que estos animales capten las sensaciones auditivas, visuales y táctiles de forma mucho más rápida y respondan a ellas en milisegundos con la descarga de betaendorfinas que circulan por la sangre y bloquean los receptores del dolor.

Respuesta: ¿Qué significan esos sonidos y esas posturas? Cada individuo se caracteriza por expresiones corporales que son capaces de ser reconocidas por los individuos de su misma especie. Los seres humanos, a través de la etología, hemos sido capaces de identificar algunas de ellas en muchas especies. ¿Qué mecanismos hormonales conocemos que les hacen sobreponerse al miedo? ¿Las betaendorfinas, que casualmente de producen cuando se tiene esa desagradable sensación? El tamaño de la amígdala no tiene nada que ver con la magnitud de las respuestas o con la rapidez con la que éstas se producen. ¿De qué estudio científico han sacado esa conclusión? ¿Desde cuándo el tamaño fisiológico de los órganos de cada especie tiene que ver con la intensidad de determinadas respuestas o con la captación de sensaciones y la rapidez con las que se procesen y se actúe ante su presencia?

JFS: `Los toros se enfadan cuando se les quita la muleta de la cara. Lo manifiestan con sonidos y gestos de disgusto, pero no una vez, sino cada vez que se le hace, que nos indican no solo que tienen cierto bienestar y cierta euforia, pues entre comillas están gozando, ósea su meta es, por su selección, perseguir el engaño o perseguir al banderillero o acometer al caballo y eso le estimula y le produce cierta recompensa en su cerebro´.

Respuesta: Menos mal que gozan entre comillas. Resulta que el toro se enfada cuando se le retira de la vista un utensilio, la muleta, que sirve para cansarle, girar sobre sí mismo una y otra vez, y posiblemente para frustrarle, ya que rara vez es capaz de alcanzarla. ¿Cómo sabe que se enfadan y que la embestida les provoca cierto bienestar y cierta euforia? ¿Reconoce esas sensaciones en un animal no humano?  Si antes nos ha dicho que es complicado saber si un animal sufre o no, porque no hablan, ahora resulta que sí podemos saber, por esas señales que emite el toro cuando le retiran la muleta, que siente cierto placer y cierta euforia (eso sí, entre comillas), además de enfado ¿Volvemos a la absurda hipótesis de las betaendorfinas como hormonas del placer y la felicidad? También aplican este calificativo sobre la serotonina: `A la serotonina también se la conoce como la hormona de la felicidad, ya que cuando aumentan sus niveles en los circuitos neuronales genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima´. Es poco adecuado que un profesional de la ciencia, en este caso un veterinario, se haga eco de lo que dicen determinadas páginas de libre acceso en internet y que se caracterizan por haber dejado de lado a la ciencia. Casualmente, los toros más combativos, más bravos, más agresivos y que se comportan adecuadamente, tienen niveles de esta hormona bajos o eso nos “cuentan”. ¿Debemos entender que tras el tercio de varas y de banderillas, los toros consideran la presencia de la muleta y sus movimientos, como una recompensa a su padecimiento físico y emocional? ¿Qué nos dicen estos animales cuando rehúsan entrar al engaño? ¿Qué nos dicen cuando buscan las tablas del coso taurino? ¿Qué nos dicen cuando han conseguido que un torero pierda la muleta y se ceban con ella embistiendo una y otra vez? ¿Por qué embisten los toros a los toreros y subalternos que han caído en la arena? ¿Por qué se ceban con los caballos de los picadores cuando consiguen derribarlos? ¿Es una muestra de agradecimiento hacía todos aquellos que les están haciendo disfrutar?

JFS: ´Al toro es prácticamente imposible que le dé un infarto. Tiene una doble circulación coronaria fruto de la selección. Tiene un desarrollo visual diferente y diferente desarrollo del cerebelo. Tiene menos capacidad pulmonar porque su columna vertebral está cerca del suelo. Tiene los ojos más abombados que el resto de los bóvidos y la pupila es ovalada´.

Respuesta: ¿Infarto? ¿Doble circulación coronaria? ¿Algún estudio ecocardiográfico que documente esta afirmación? De haberlo, no lo he encontrado. ¿Esta característica, que debe ser fruto de la selección genética, supone una defensa para la evitación de infartos? ¿Dónde se ha publicado tal conclusión científica? ¿Es importante? ¿Cuántos toros y novillos mueren en festejos taurinos por su incapacidad para responder al tremendo ejercicio físico al que se ven sometidos? ¿Se debe a otras causas? ¿Desarrollo diferente del cerebelo?

JFS: `Los toros ven mal de cerca. Tienen hipermetropía y astigmatismo. Ven borroso y desenfocado. Gracias a que no ve bien, se le puede torear. Si el toro viera bien como otros bovinos (¿) sería intolerable (¿). Tienen la retina estriada y esas estriaciones le permiten captar el movimiento en fracciones de segundo con mucha mayor precisión.

Respuesta: Así que la selección genética ha permitido modificar la visión de estos animales para hacerles toreables. La dificultad visual del toro de lidia está documentada en numerosos estudios, no solo en el que menciona el entrevistado. Todos los bovinos son hipermétropes, ven muy bien de lejos por su ubicación en la escala evolutiva, la de depredados o presas. Tienen un campo visual muy amplio para “tener noticias” de sus potenciales depredadores y por la colocación de sus ojos. Se le olvidó comentar que también tienen un campo visual de ceguera absoluta en forma de cono, de 80 cm-125 cm, delante de su cara, una ventaja evidente y clara para los profesionales taurinos durante la lidia. En cuanto a la capacidad de ver los colores, es cierto que no los distinguen como nosotros. Se dice que los colores que actúan como excitantes cromáticos (rojo, amarillo y naranja) les estimulan, y supongo que será por esto por lo que los capotes y las muletas son de esos colores.

JFS: Las vacas se comen la placenta para no dejar rastro cuando paren. El becerro de lidia, cuando se le acerca un lobo, tiene un comportamiento diferente al bovino manso. El becerro manso, cuando ve un lobo, berrea y va hacía la madre y ésta berrea también y los dos acuden al encuentro intentando salvarse de la acometida del lobo. Si llega el lobo antes que la madre, pues se come al ternero o lo mata o lo hiere, pero bueno, hay una posibilidad de salvación. En el ganado bravo, cuando la cría ve al lobo, en vez de berrear e ir hacía donde está su madre lo que hace es acometer al lobo y entonces el lobo se lo come (risas). La bravura es antinatural porque lo natural es huir.

Respuestas: El entrevistado se hace eco de las declaraciones de un ganadero y de un empleado de la explotación, que podéis oír en este vídeo y que titulan “recién nacido en peligro”; como se puede ver la vaca, que acaba de parir, no pierde de vista a su cría y a los que graban el programa, que son el peligro (los depredadores). Nos gustaría ver alguna grabación de un becerro de esta raza bovina atacando a un lobo. Parece ser que una vaca recién parida no puede defender a su becerro o eso nos cuentan, lo que no deja de ser increíble o lo que es lo mismo, no me lo creo.

¿Se comen las placentas? Como si otros animales no lo hicieran. La “placentofagia” es común en casi todos los mamíferos y existen diferentes hipótesis de por qué se produce.

Digamos, para ser exactos, que las respuestas fisiológicas, incluyen la huida y la lucha. Hasta cierto punto esto último es cierto, y es fruto de la manipulación artificial, en base al dolor y al miedo, que ha hecho el ser humano con estos animales (que, por esto y otras razones, son domésticos). Sabemos que los becerros de esta raza y lo hemos documentado con fotos y vídeos, huyen del ser humano cuando les es posible, es decir, cuando consideran que tienen espacio suficiente para hacerlo. Sus experiencias previas en la ganadería les hacen desconfiados cuando detectan presencia humana. Raro es el contacto que tienen con nuestra especie que no les provoque emociones negativas. Podemos hacer la excepción con el mayoral o algún empleado que les da de comer. Otra cosa es cuando las posibilidades de escapar se ven limitadas o entienden que no es posible. Lo que se conoce como “zona de fuga” está bien estudiado en estos animales. Sabemos que, cuando un extraño la sobrepasa, responderán con un ataque defensivo. De hecho, muchas especies, en las que la tendencia natural es huir ante un peligro, responden con este tipo de ataque cuando entienden que no hay escapatoria o cuando habiendo iniciado este tipo de respuesta son conscientes de que se ha agotado y que no queda otro remedio que presentar “batalla” al peligro. Se ha dicho muchas veces que los toros tienen la posibilidad de huir del redondel de la plaza. ¿Por dónde? ¿Saltando las barreras? ¿La puerta de toriles, por la que entraron, se queda abierta o cerrada?  En la entrevista se han olvidado de lo que se conoce como las querencias en estos animales, que es la tendencia a dirigirse al lugar por el que salieron.

JFS: El toro de lidia es totalmente diferente al resto de bovinos, podríamos decir que es una subespecie dentro de ellos.

Respuesta: ¿Totalmente? Tiene sus particularidades, en cuanto a su comportamiento, pero eso, de ninguna manera justifica su crianza y su maltrato en las mismas ganaderías y en los festejos taurinos. ¿Subespecie? Digamos que es un “mil leches” vacuno muy lejano de ese uro salvaje al que le vinculan y que como bien dice, es el ancestro común de todas las razas bovinas.

JFS: `En el mundo de la ciencia, en la investigación asociada a la tauromaquia, tanto científica como tecnológica, hay una información interesantísima porque hay argumentos nunca utilizados en defensa del toro. Son argumentos que son demostrables. El toro tiene una serie de virtudes que no son las que dicen los antitaurinos. Es un animal muy especial, es una máquina de combatir, un animal que supera el dolor y se adapta al estrés, un animal que muere con dignidad, criado en condiciones de bienestar animal que ya quisiera cualquier raza, con un ciclo de vida larguísimo, con una atención y cuidados que no tienen el resto de los bovinos ni siquiera muchos animales domésticos de compañía, y del que deberíamos estar orgullosos todos los españoles. Se trata de un animal increíble´.

Respuesta: Una parte de su curioso discurso ya ha quedado contestada. ¿Ciclo de vida larguísimo? Veamos el número de animales de esta raza que no llegan a cumplir la edad de un año o de dos años, que será de algunos miles, que son utilizados para el entrenamiento de profesionales taurinos, por alumnos de escuelas de tauromaquia o para entretenimiento de aficionados varios y de eventos en las propias ganaderías. No nos olvidamos de las becerradas. Podemos sumar los que mueren en mataderos junto a aquellas vacas que fueron desechadas en los tentaderos fruto de la selección ganadera y que llegan al momento de su sacrificio con importantes lesiones provocadas por los puyazos recibidos en las plazas de tientas. El hecho de que algunos de ellos mueran, tras su maltrato, a la edad de 2 y 3 años (novilladas) y a los 4 o 5 años (corridas de toros), los menos, se debe única y exclusivamente a su valor económico y a los que podemos sumar aquellos, de más edad, que son destinados a festejos populares. Y sí, efectivamente hay numerosas publicaciones sobre el padecimiento del toro de lidia que, curiosamente, han sido firmadas por veterinarios taurinos. Nosotros las hemos recopilado casi todas.

Las tesis doctorales, a las que hace alusión varias veces, son inexactas en sus conclusiones y alguna de ellas en los protocolos que dicen que se han desarrollado para su elaboración.

¿Sentirnos orgullosos de ser españoles por haber sido la cuna de esta raza de vacuno? ¿Sentirnos orgullosos del maltrato animal legalizado? No nos pida imposibles.

Contradicciones entre lo que nos ha contado en la entrevista y la hipótesis que se recoge en esta tesis doctoral: `Influencia de los niveles de serotonina, dopamina y testosterona, en el comportamiento agresivo-combativo en el toro de lidia´. Francisco Javier Jiménez Blanco. 2014.  

Tesis: `No existen diferencias entre los valores de serotonina obtenidos en determinados animales estudiados a la edad de 6-8 meses y los obtenidos a la edad de 3-4 años, después de su lidia. Estos valores son constantes a lo largo de la vida. A mayores niveles de serotonina, menor agresividad´.

`La serotonina juega un papel importante como neurotransmisor en la inhibición de la agresión, el control del apetito y de la temperatura corporal, el humor, el sueño, en funciones cardiovasculares, contracción muscular, regulación endocrina, aprendizaje y memoria, pensamiento y estado de ánimo´.

`No existen diferencias entre los valores de dopamina obtenidos en determinados animales estudiados a la edad de 6-8 meses y los obtenidos a la edad de 3-4 años, después de su lidia. Estos valores son constantes a lo largo de la vida. A mayores niveles de dopamina, menor agresividad´.

Comentario: El entrevistado dice que la falta de bravura en algunos toros es solo falta de dopamina. Creo que entre esta aseveración y la que sostiene el doctorando en su tesis, hay contradicciones. Ya he dedicado una parte de este texto a desmentir, en base a los conocimientos sobre la dopamina, muchas de las inexactitudes que sostiene el entrevistado. Algunas de ellas creo que quedan en evidencia en la tesis doctoral que he mencionado más arriba.

Tesis: `La dopamina es una hormona y un neurotransmisor que en el sistema nervioso central cumple varias funciones: en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje´.

`El sistema dopaminérgico está implicado en la activación de la conducta, comportamiento motivado, y procesamiento de la recompensa. También juega un papel activo en la modulación de los comportamientos agresivos. En estudios con animales, la hiperactividad en el sistema de la dopamina se asocia con un aumento en la agresión impulsiva. Los estudios sobre los comportamientos agresivos en roedores mostraron que los niveles elevados de dopamina se observaron antes, durante, y después de las peleas agresivas. En los seres humanos, el sistema dopaminérgico se ha relacionado con el reconocimiento y la experiencia de la agresión. Hay evidencias de que el comportamiento impulsivo puede ser mejorado por un aumento en la función dopaminérgica. En este estudio hemos comprobado que al igual que se ha descrito para otros modelos animales y, ya descrito anteriormente para el toro de lidia, en el apartado de resultados, una menor concentración de dopamina en suero se correlaciona con comportamientos más agresivos´.

Respuesta: `Los valores de esta hormona se determinaron siempre en situaciones de máximo estrés y de estímulos dolorosos y aversivos como son el herrado de becerros (6-8 meses) y tras haber pasado por la lidia (3-4 años). De hecho, esos becerros fueron separados de sus madres 15 horas antes del herrado y encerrados en corrales, lo que incrementó sin duda las percepciones negativas que tuvieron. Para el herrado, además, fueron inmovilizados en un cajón durante dos o tres minutos. Además del herrado también se les sometió al “lañado” (cortes en ambas orejas con cuchillo o tijera) otra manipulación sumamente dolorosa para ellos´.

El autor de la tesis considera que la agresividad sería una parte importante del concepto bravura, que sería mayor cuando los niveles de serotonina y de dopamina son más bajos. No parece que el entrevistado esté de acuerdo en lo referente a la dopamina.

Y qué nos dice sobre los “supuestos” tipos de agresión. Pues algunas cosas bastante interesantes.

Tesis: `Agresión defensiva inducida por miedo: respuestas biológicamente programadas de modo que se actúa de forma agresiva hacia cualquier clase de confinamiento forzado. Aparece cuando el individuo intenta escapar sin éxito de un agente amenazante y se activa cuando las conductas de huida, paralización o mimetismo no son posibles. Es interespecífica´.

`Agresión irritable: agresión e ira dirigidas hacia un objeto cuando el agresor se siente frustrado, herido o estresado. Es indiscriminada y puede dirigirse hacia cualquier animal u objeto inanimado. Es interespecífica´.

`El toro de lidia es un animal de carácter irritable y complicado por naturaleza, aunque en las situaciones cotidianas, en el campo o cuando se encuentra en manada, no lo suele demostrar. El aislamiento de los individuos de la manada, el estar encerrado o el verse acosado, desencadenan las respuestas agresivas que lo caracterizan. Enmarcándola dentro del toro de lidia, definimos la agresividad como la conducta de amenaza, ataque o defensa, que manifiesta el toro a través de respuestas violentas ante el aislamiento, el encierro, el acoso o los estímulos que recibe durante la lidia. Por esta razón dependiendo del carácter más o menos bravo del toro podrá manifestar una agresividad de tipo más ofensivo o defensivo, respectivamente, durante la lidia. Además, el toro en el desarrollo de su lidia se encuentra frecuentemente frustrado debido a que sus ataques contra los estímulos externos no suelen tener éxito´.

`Entre los tipos de agresión definidos durante la lidia de los toros hemos observado (estudio taurino) al menos agresión inducida por el miedo, agresión territorial y agresión irritable´.

`De esta manera, en la caracterización de la agresividad del toro durante la lidia que realizamos en este trabajo, estarían incluidas acciones agresivas que al formar parte de la bravura del animal son deseables y acciones agresivas que, al ser antagónicas al concepto de nobleza, no serían deseables. Un toro sería noble si muestra agresividad, es combativo, pero no resulta peligroso. Los toros agresivos y combativos serían aquellos difícilmente manejables y complicados para la realización de una faena estética y cuya lidia se basaría en dominarlos existiendo una gran percepción de peligro. Los no agresivos y no combativos serian aquellos que no muestran ninguna característica de agresividad ni de acometividad durante su lidia, salvo la que deriva de su raza. Por última estarían aquellos que son combativos, pero no agresivos, que son los más deseados por toreros, ganaderos y público, por mostrar acometividad y bravura, pero más manejables, lo que permitiría una lidia más estética´.

Respuesta: Nosotros consideramos que las respuestas agresivas de estos animales en todas las situaciones que se producen, antes y durante un festejo taurino, son de carácter evidentemente defensivo. Nos resulta imposible entender cómo es posible que se tipifiquen este tipo de respuestas en base a cómo las desarrollan estos animales en un coso taurino. Si estos animales no fueran sometidos a este tipo de situaciones, que son iguales para todos, y que les provocan dolor y miedo, no habría respuestas que estudiar o analizar. Animales que son aislados, acorralados, heridos, frustrados y estresados.

Cuando un torero se enfrenta a un toro que entiende que le causará problemas durante su lidia y que sabe que puede ser peligroso, no se entretiene demasiado con él, y procede a estoquearle en el menor tiempo posible. Por todos es sabido que los primeros espadas del escalafón eligen o exigen a qué ganadería deben pertenecer los toros que van a lidiar. Supongo que estamos de eso que denominan toros “nobles”, combativos pero no peligrosos y con una agresividad deseable.

La lidia de un toro es una expresión de violencia hacía estos animales de características únicas. La inexactitud de este tipo de análisis taurinos sobre las respuestas de estos animales, cuando son sometidos a este tipo de maltrato, adquiere cierto punto de despropósito cuando llegan a calificar este tipo de manifestaciones de agresividad defensiva en “deseables” y “no deseables”, introduciendo conceptos como la nobleza y la bravura. ¿Agresión territorial durante la lidia? ¿De qué hablan? ¿Qué territorio defienden estos animales? Un espacio desconocido para ellos y en el que sufren agresión tras agresión.  ¿Este tipo de agresión sería también interespecífica? ¿Desea el toro dominar al torero y a sus subalternos? ¿Desea el toro dominar al caballo del picador o al de rejones? Hemos llegado a oír que los toros orinan en la arena para marcar su territorio.

Nadie debería defender la selección y crianza de estos animales en base a su capacidad para defenderse de las numerosas agresiones que sufren a lo largo de su vida, y mucho menos si pertenece al colectivo veterinario, que debería apostar por el bienestar de los animales y trabajar en contra de su maltrato. Desde AVATMA creemos que vincular a nuestro colectivo con el maltrato animal, no ayuda a que tengamos o alcancemos esa alta consideración social que tanto reclamamos. Ya hice una pregunta sobre este asunto al colegio de veterinarios de Madrid: ¿es compatible con nuestro código deontológico trabajar en actividades relacionadas con los espectáculos taurinos? Me respondieron que es una actividad legal.

Proponer modificaciones en las armas y utensilios (puya, banderilla, estoque e incluso el estribo del picador) con las que estos animales son maltratados queda lejos de mi comprensión, aunque sea con el fin de “minimizar” los daños que sufren estos bovinos durante el desarrollo de estos espectáculos. Espectáculos que deberían desaparecer mediante el arma legislativa de la prohibición. A nadie hay que preguntar sobre prácticas en las que se maltratan animales y menos si se hace de ellas diversión y entretenimiento. ¿Referéndum? Vayan pensando en otra alternativa o solución que solvente este anacronismo del siglo XXI.

José Enrique Zaldívar Laguía