Maltrato animal en las ganaderías de lidia

SOBRE EL MALTRATO ANIMAL EN LAS GANADERÍAS DE LIDIA:

La UE y el bienestar de los animales:
El Tratado de Lisboa, que entró en vigor el 1 de diciembre de 2009, modifica los tratados fundacionales: el Tratado de la Unión Europea (Tratado UE), que conserva su nombre, y el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea (Tratado CE), que pasa a denominarse Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE).
Hay una serie de principios clave que la Unión se compromete a respetar. Aparecen en el Título II del Tratado de Funcionamiento, cuyo artículo 13 (introducido por el Tratado de Lisboa) establece que

«al formular y aplicar las políticas de la Unión en materia de agricultura, pesca, transporte, mercado interior, investigación y desarrollo tecnológico y espacio, la Unión y los Estados miembros tendrán plenamente en cuenta las exigencias en materia de bienestar de los animales como seres sensibles, respetando al mismo tiempo las disposiciones legales o administrativas y las costumbres de los Estados miembros relativas, en particular, a ritos religiosos, tradiciones culturales y patrimonio regional».

PREGUNTA:

-La excepción sobre la capacidad de legislar en materia del bienestar de los animales como seres sensibles, respetando las disposiciones legales o administrativas y las costumbres de los Estados relativas a tradiciones culturales y patrimonio regional: ¿es aplicable exclusivamente al trato que reciben los animales durante el desarrollo de los espectáculos en los que quedan plasmadas dichas tradiciones, o también es aplicable al manejo que sobre todos estos animales se realiza en las explotaciones ganaderas en las que viven, independientemente de que su vida acabe en un festejo, en la propia explotación, o en un matadero?
Sabemos y tenemos documentado (fotos, vídeos y escritos), que en todas las ganaderías en las que se crían animales de raza de lidia, que en la actualidad son 1.339 en el Estado español, se realizan numerosas prácticas de manejo, tanto en machos como en hembras, que atentan de forma clara contra lo que se conoce como bienestar animal en materia de ganadería, legislado por la UE.
LAÑADO: Pocos días después de su nacimiento, los becerros son separados de sus madres durante un tiempo, para someterles a lo que se conoce como «lañado». El «lañado», consiste en realizar diversos cortes en ambas orejas con cuchillo o con tijera. Estos cortes son característicos de cada una de las ganaderías. Esta práctica se realiza a campo abierto persiguiendo a caballo al becerro y capturándolo con un lazo e inmovilizándolo posteriormente. En otras ganaderías la captura se hace desde un tractor, desde el que un operario los captura con un lazo, los arrastra hasta el remolque, realiza el lañado, y una vez hecho los lanza a tierra desde el tractor. En otras ganaderías se traslada a los animales a un lugar determinado y se procede a realización de este tipo de marcas. No existe ningún tipo de tranquilización o anestesia previa, por lo que consideramos que es evidente que se les provoca una situación de dolor y sufrimiento, que en este caso consideramos inútil, puesto que este tipo de marcas no tienen ninguna utilidad en el posterior uso que se les dé a estos animales.
HERRADO: Más adelante, cuando los animales tienen entre 7 y 9 meses (la edad en meses puede variar según la ganadería), se les separa de forma definitiva de sus madres, momento que aprovecha para proceder al «herrado», que consiste en poner a fuego cuatro marcas diferentes: una, el hierro de la ganadería, otra con el hierro de la asociación ganadera a la que pertenece, otra con el año de nacimiento con uno o dos dígitos, y otra con el número con el que será lidiado, en caso de que lo fuera, en la plaza de toros correspondiente. Para esta maniobra se inmoviliza a los animales de diversas maneras: en un mueco (contenedor especialmente diseñado para su manejo), o bien de forma manual por varios operarios. La inmovilización y el herrado en sí, provocan un enorme sufrimiento y dolor en estos animales. Se hace sin ningún tipo de tranquilización o anestesia. En algunas ganaderías se aprovecha esta circunstancia, la del herrado, para «lañar» las orejas, si no se hizo en el momento que hemos apuntado anteriormente. Es la única raza autóctona española a la que se hace pasar por este tipo de práctica. Consideramos que esta práctica, que antes se realizaba en otras razas de vacuno (por ejemplo la «morucha»), carece de sentido en la actualidad, ya que podría ser sustituida por un chip, en cuyo registro se recogiera toda la información que se quiere plasmar en las marcas de fuego, como ya se hace en Europa en otras especies, como cánidos y felinos domésticos, y équidos. Existen estudios que demuestran el enorme estrés y padecimiento que este tipo de animales, los de raza de lidia, padecen en este tipo de situaciones.
TENTADEROS: A la edad aproximada de 2,5 años, todas las vacas de las ganaderías de lidia se someten a lo que se conoce como «tentadero», que consiste en hacerlas pasar por el caballo del picador, las veces que el ganadero considere oportuno. Se les clava una puya (puya de tientas) en la zona posterior de la cruz, y posteriormente se las dan pases de capote y de muleta. Las vacas que han pasado el tentadero, es decir, las que según el ganadero son aptas, pasarán a reproductoras, y las que no, irán en su mayoría al matadero, o serán utilizadas en algún festejo popular.
Tenemos conocimiento que las vacas que no pasan estos tentaderos, se van acumulando en las ganaderías de lidia, hasta que se junta un número determinado que justifique su transporte al matadero para su sacrificio. En ocasiones hasta 40 ejemplares. Esto significa que en muchos casos pasan muchos días en que estas vacas heridas no reciben ningún tratamiento veterinario, en cuanto a antibióticos y analgésicos. Como consecuencia de esta situación algunas vacas presentan importantes abscesos en los sitios en que fueron clavadas las puyas, así como importantes lesiones en las estructuras óseas de la zona anatómica en las que se aplican las puyas, que incluso obligan al decomiso de toda la canal. Documentamos esto con dos fotos obtenidas en un matadero.
Los tentaderos también se usan para probar algunos machos, normalmente cuando cumplen los dos o tres años, en principio para la selección de reproductores, que son sometidos al castigo del picador desde el caballo con la puya de tientas. Esto se puede hacer en las pequeñas plazas de las ganaderías o a campo abierto. Los animales que pasan el tentadero se probarán como sementales y los que no lo pasaron podrán ir a festejos en plaza (si no fueron toreados con capote y muleta) o a festejos populares. Si fueron probados con el capote o la muleta, después de probarlos en el caballo del picador, solo podrán ser vendidos para festejos populares o irán a matadero.
Otra manera de tentar es la persecución a campo abierto de animales con dos años o incluso más pequeños (becerros). La persecución se hace con dos hombres a caballo que derribarán al animal con las garrochas (una especie de lanzas con una pequeña pieza metálica en su punta). El objetivo es ver cómo se comporta el animal una vez que se levanta del suelo.
Es posible que este tipo de actuación sea la única que tenga cierta justificación en lo que es la actividad propia de las ganaderías de lidia, ya que se trata de una manera de seleccionar los animales que, en teoría, podrán perpetuar los caracteres de fenotipo y genotipo que el ganadero quiere plasmar en sus animales.

MANIPULACIÓN DE LAS CORNAMENTAS

ENFUNDADO: Otra actividad que se realiza en la ganaderías, solo en algunas, es el «enfundado» de los cuernos, que algunos ganaderos defienden en base a evitar daños entre los toros cuando se pelean, o para evitar daños en los pitones. Se trata de una maniobra sumamente estresante y que provoca un enorme sufrimiento por la inmovilización que conlleva, y que se tiene que volver a repetir cuando se les retiran las fundas antes de mandarlos al festejo al que han sido destinados. Este tipo de práctica está en entredicho en el mundo de las ganaderías de lidia y en la tauromaquia en general, por considerarse un posible fraude para el posterior comportamiento de los animales que fueron sometidos a ella, ya que es muy posible que altere la capacidad de medir las distancias correctamente, para lo que los cuernos de estos bóvidos es fundamental.
AFEITADO: Algunas de las prácticas que se realizan como es el «afeitado» son ilegales y prohibidas según los reglamentos taurinos, pero son muy frecuentes. Consiste en disminuir el tamaño del pitón con una sierra radial. En el mundo de la tauromaquia se admite que esta «amputación» del pitón es habitual, pese a estar prohibida en los reglamentos taurinos.
El «descornado» está autorizado para algunos festejos taurinos, y consiste en cortar un trozo de cuerno con una sierra. Los festejos en que es de obligado cumplimiento que los animales que intervienen deben estar descornados están perfectamente definidos en los reglamentos.
Existen estudios científicos y pronunciamientos de entidades científicas que afirman que este tipo de manipulaciones de las cornamentas, son muy dolorosas y estresantes para estos animales. Farm Animal Welfare Education Centre (FAWEC). Agosto de 2012.
Consideramos que la manipulación de las cornamentas, salvo en los casos en que son de obligado cumplimiento y así se especifica en los reglamentos taurinos para algunos tipos de festejos, además de ser un fraude, atenta de forma clara contra el bienestar animal.
LIDIAS A PUERTA CERRADA: En las ganaderías de lidia y en algunas plazas de toros, también se realizan lo que se conoce «lidias a puerta cerrada», en las que toreros, novilleros, rejoneadores, aprendices de tauromaquia, y banderilleros, se entrenan y matan animales de diversas edades, normalmente becerros (menos de 2 años) y novillos (animales de 2 y 3 años). En ocasiones este tipo de entrenamientos también se llevan a cabo con vacas. Consideramos que este tipo de prácticas deberían ser prohibidas en las ganaderías de lidia, porque nada tienen que ver con la actividad propia de las mismas y no son necesarias para la selección de animales que luego intervendrán en los espectáculos taurinos. Todos los animales utilizados en estos entrenamientos mueren durante su celebración.
TRANSPORTE DE ESTOS ANIMALES:
Sería procedente estudiar si la manera en que se transportan estos animales, cumple la normativa europea. En muchas ocasiones se trata de largos recorridos de en los que los animales no reciben ningún tipo de alimento, ni agua, viajando encajonados en compartimentos individuales con las dimensiones mínimas en las que caben sus cuerpos. Se ha publicado que estos toros pueden perder en una distancia de 100 km hasta 30 kilos de peso debido al enorme estrés que padecen. A medida que las distancias se hacen mayores las pérdidas de peso se hacen mayores.
Se adjuntan algunas fotos de estas actividades.

Lañado

 

 

Herrado

 

 

Tentaderos de hembras y machos en plaza de la ganadería.

 

Lesiones que presentaban algunas vacas en análisis post mortem que se realizó en el matadero en que fueron sacrificadas.
En la primera se pueden observar las fracturas de estructuras óseas de las vértebras torácicas (apófisis espinosas y transversas) y la gran cantidad de contenido purulento acumulado en dicha zona.
En la segunda el gran absceso presente en la zona en que las puyas se clavaron en el cuerpo del animal. Este tipo de infecciones indican que este animal llevaba varios días herido como consecuencia del tentadero al que fue sometido.

Tentadero en campo

 

Entrenamientos de toreros, rejoneadores, novilleros, alumnos de escuelas de tauromaquia y banderilleros en las ganaderías de lidia en lo que se llama «lidias a puerta cerrada».

Enfundado y desenfundado de toros de lidia

Descornado

Afeitado

Condiciones del transporte

 

Prácticas descubiertas en la ganadería de un rejoneador portugués: «entrenamiento de perros alanos con vacas bravas».

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José Enrique Zaldívar Laguía, presidente de AVATMA, en representación de los más de 450 veterinarios que forman dicha asociación.

PROHIBIDO SU USO

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